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El libro ofrece un enfoque unificado de la interpretación bíblica, proponiendo que el Antiguo y el Nuevo Testamento están conectados por dos interrupciones redentoras divinas en la historia. Detalla el significado histórico de estos acontecimientos y presenta una visión completa del «Día del Señor», tal como lo predijeron los profetas de Israel y se cumplió en Jesús. Se aconseja a los lectores que lo lean rápidamente para conocer los temas generales y despacio para profundizar en su comprensión.
Ventajas:El autor es un excelente escritor con una tesis brillante. El libro presenta un macro retrato de la misión divina y la unidad en la narración bíblica. Es perspicaz y ofrece una gran cantidad de datos y conexiones que mejoran la comprensión de la teología bíblica.
Desventajas:Los complejos argumentos sobre la seudonimia y el relativismo lector-respuesta pueden resultar abrumadores para algunos lectores. El denso material puede requerir múltiples lecturas y un estudio más profundo para su plena comprensión.
(basado en 1 opiniones de lectores)
Splitting the Day of the Lord
A medida que el tamaño y la influencia del antiguo Israel disminuían, sus profetas comenzaron a predecir cada vez más un nuevo acto de Dios que llevaría a cabo tres cosas a escala mundial: (1) un juicio purificador que reajustaría la balanza de la justicia y eliminaría los efectos degradantes del mal (2) la creación de una comunidad remanente profundamente devota de Yahvé, que se ampliaría para incluir la participación internacional y (3) el comienzo de una era mesiánica en la que la bondad, la armonía y la justicia impregnarían todas las dimensiones de la vida en la tierra.
Los discípulos de Jesús relacionaron el profético Día del Señor con su venida y su obra redentora. Sin embargo, muchos se preguntaban si en Jesús se había manifestado todo su impacto, ya que no cesaban las guerras, no se desataba un amplio juicio sobre el pecado y el mal, y no eran evidentes todas las bendiciones de la era mesiánica predicha.
Sin embargo, Jesús hizo algo que nadie había previsto, al dividir el Día del Señor en dos actos divinos en lugar de uno. Esto es lo que distingue al cristianismo de sus raíces judías, así como de su sucesor islámico -ninguno de los cuales reconoce este aspecto único de la persona y obra de Jesús, o la reelaboración de cómo y cuándo tendría lugar el Día del Señor.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)