Dioses del mediodía: La vida africana de una niña blanca

Título original:

Gods of Noonday: A White Girl's African Life

Contenido del libro:

Hija de misioneros médicos, Elaine Neil Orr nació en Nigeria en 1954, en pleno movimiento nacional que conduciría a la independencia de Gran Bretaña. Pero, como ella misma cuenta en sus nuevas y cautivadoras memorias, Orr no creció como una extraña en el extranjero; era una niña en casa, mitad estadounidense y mitad nigeriana. Cuando la enviaron sola a Estados Unidos para cursar el bachillerato, no se dio cuenta de lo mucho que le costaría dejar África.

Sólo a los cuarenta años, en la crisis de una insuficiencia renal, empezó a recuperar su vida africana. Al escribir Gods of Noonday comprendió su doble arraigo: en la iglesia cristiana y en el santuario yoruba, en el piano y en el tambor parlante. La memoria la llevó del Centro Médico Duke de Carolina del Norte a las costas de África Occidental y a su ciudad natal de Ogbomosho, en la tierra del pueblo yoruba. La suya no era la familia disfuncional estadounidense cuyas tensiones se agudizan bajo el sol ecuatorial, sino una infancia en misión atormentada no obstante por atmósferas espirituales y los límites de las buenas intenciones.

El padre de Orr, Lloyd Neil, antiguo atleta de instituto y piloto de la Segunda Guerra Mundial, y su madre, Anne, encontraron en Nigeria la aventura que se les habría escapado en la América de los años cincuenta. Elaine se identificaba más con su padre, fuerte y amante de la diversión, que con su reservada madre, pero ella era tan introspectiva y solitaria como su hermana Becky, guapa y sociable. Lloyd adquirió una camioneta Chevrolet que llevó a Elaine y a sus amigas al río Ethiope, donde nadaron como lo habrían hecho en Estados Unidos. Pero por la noche las carreteras se volvían peligrosas, y pronto los días se nublaron por el humo de la inminente guerra de Biafran.

Entremezclando los exuberantes recintos de la misión con la cultura nigeriana, los permisos en el sur de Estados Unidos con el internado en Nigeria y, finalmente, el deterioro de la salud de Orr, la narración va ganando en intensidad a medida que ella reconoce que sólo recuperando su tierra natal podrá encontrar la fuerza para sobrevivir. Junto a clásicos como Memorias de África y obras más recientes como La Biblia de Poisonwood y No dejéis que nos maten esta noche, Dioses del mediodía es un retrato profundo y valiente de la vida de una mujer.