Dios se hace humano: La encarnación en la Biblia cristiana

Título original:

God Becoming Human: Incarnation in the Christian Bible

Contenido del libro:

La encarnación -el acto de Dios de asumir carne mortal a través de Jesucristo- revela el amor radical de Dios por un mundo marcado por la rebelión de los creados contra su creador. Dios se hace humano para crear vida y restaurar la relación divino-humana interrumpida. Esta doctrina es, pues, el tema de la fe cristiana por excelencia. Sin embargo, la encarnación no comienza con su realización definitiva en Jesucristo; ese único acontecimiento viene precedido de una larga historia de un Dios que se reúne continuamente con su pueblo para conducirlo de la muerte a la vida, de la esclavitud a la libertad.

Dios se hace humano recorre el asombroso arco de la encarnación, relatando las diversas formas en que la Escritura narra la brecha entre Dios y las criaturas de su semejanza, así como las diversas expresiones que el texto ofrece en relación con el deseo de reconciliación. A medida que en el Antiguo Testamento disminuyen las expectativas de que exista un intermediario que pueda salvar de algún modo la brecha entre Dios y los seres humanos, la esperanza se deposita cada vez más en nuevas formas de cercanía a Dios. La cercanía hecha posible por Jesucristo recibe una amplia gama de interpretaciones por parte de los testigos del Nuevo Testamento y es continuada por un rico coro que culmina en la Iglesia primitiva con la teología de la encarnación.

Reinhard Feldmeier y Hermann Spieckermann invitan a los lectores a ver que la doctrina de la encarnación, cumbre de la saga bíblica de la redención, revela que el propósito último de Dios al tratar con la creación era hacerse humano. Como se narra en la historia de la caída, si el paraíso se perdió porque la humanidad quiso emular a Dios, al que se reconcilia con Dios por medio de Cristo se le da ahora la oportunidad -y el reto- de convertirse en hijo de Dios. De acuerdo con Aquel que descendió del trono celestial, uno debe precisamente rebajarse y así abrazar plenamente su humanidad creada. Es a través de la carne que lo creado y su creador se unen; no hay otro camino hacia la unidad.

--C. Clifton Black, Profesor Otto A. Piper de Teología Bíblica, Seminario Teológico de Princeton.