Dios peligroso: Una defensa de la verdad trascendente

Título original:

Dangerous God: A Defense of Transcendent Truth

Contenido del libro:

¿Por qué el mundo está tan loco? ¿Por qué hemos perdido la capacidad de ponernos de acuerdo sobre las verdades fundamentales? Todo el mundo parece estar corriendo hacia algo, pero ¿podría ser que estemos huyendo de algo más grande? En Dangerous God: A Defense of Transcendent Truth, Albert Norton defiende que enfrentarse a la realidad de Dios en el mundo posmoderno es una propuesta peligrosa. Peligrosa para nuestras nociones más preciadas de la realidad. Peligrosa para nuestra cómoda visión del mundo y para cómo nos vemos a nosotros mismos. Para averiguar por qué se ha producido este giro posmoderno, Norton insiste en que debemos hacernos la vieja pregunta de Pilatos: ¿Qué es la verdad?

Puede que en la era posmoderna no sólo discrepemos sobre si algo es cierto, sino sobre cómo se forman la verdad y los valores en primer lugar. Para empezar a entender esto, debemos empezar por cómo pensamos y formamos juicios de valor en general. Compartimos una orientación hacia la verdad objetiva, en nuestro pensamiento, y nos basamos en procesos racionales de diferenciación binaria. Esto debería conducirnos a una jerarquía objetiva y real de ideales, en lugar de a una narrativa subjetiva o producida socialmente.

Para entenderlo, se presenta una historia de la formación de la verdad, distinguiendo los periodos medieval a moderno, y luego el moderno al postmoderno, destacando el pensamiento de Descartes, Rousseau, Hegel, Kierkegaard, Marx, Nietzsche, William James y John Dewey, entre muchos otros. A continuación se analiza la verdad de la mano de postmodernistas como Jacques Derrida, Michel Foucault y Richard Rorty. El propósito es rastrear los movimientos intelectuales que configuran la determinación de la verdad y los valores, desde el individualismo al colectivismo, la teoría de la correspondencia al pragmatismo, la ansiedad por el significado expresada en el existencialismo y el marxismo reelaborado para su aplicación cultural: el movimiento "woke".

El autor concluye: La verdad existe como una característica real y existente del universo. Es objetiva, inmutable y está "ahí fuera". Reside, emana y se personifica en Dios, el ideal de los ideales, el pináculo de la jerarquía de valores que percibimos en lugar de crear.