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God's Not Finished With Me Yet
Domingo por la mañana. La iglesia como de costumbre.
El equipo de alabanza terminó de cantar, se recogió la ofrenda. El pastor Craft me entregó el servicio. Subí al púlpito.
«¿Alguna vez han luchado con Dios? Yo sí», declaré.
Mi sermón trató sobre la importancia de ser honesto con uno mismo y de compartir las luchas con los demás. Invité a los que se sentían orgullosos de su liberación a que me acompañaran en el estrado, pero ¿cómo podía yo corresponderles, dadas mis inclinaciones ocultas?
Sentí el impulso del Espíritu Santo de admitir mi propia lucha. La confesión era buena para el alma, ¿no?
Sin embargo, seguí luchando con Dios.
No puedo decírselo, Señor. ¿Qué pensarán de mí? ¿Cómo puedo herirlos exponiendo mi vergüenza? Esto los matará.
Pero el impulso del Espíritu era inconfundible...
Así que le puse nombre a la bestia.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)