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Baby Dinosaurs on the Ark?: The Bible and Modern Science and the Trouble of Making It All Fit
Una mirada científica al creacionismo desde un antiguo creacionista.
Un número significativo de estadounidenses, especialmente cristianos evangélicos, creen que la Tierra y la humanidad fueron creadas en su forma actual en algún momento de los últimos 10.000 años aproximadamente, basándose en que ésa es (presumiblemente) la historia que se cuenta en el libro del Génesis. Dentro de ese grupo, cualquier prueba científica amenazadora que sugiera lo contrario se rechaza o, cuando es posible, se adapta a la visión creacionista del mundo.
Pero, ¿puede esta incómoda mezcla de literalismo bíblico y pseudociencia resistir el escrutinio? ¿Es sostenible creer que el Gran Cañón no se formó hace millones de años por la erosión gradual, sino simplemente hace miles de años por el Diluvio Universal? ¿Hubo realmente crías de dinosaurio con Noé en su arca?
Janet Kellogg Ray, una educadora científica que creció siendo creacionista, no quiere que otros cristianos tengan que hacer la agotadora gimnasia mental que ella hizo al principio de su vida. A través de los descubrimientos de una serie de campos como la geología, la paleontología y la biología, muestra cómo una interpretación literal del libro del Génesis simplemente no encaja con lo que sabemos que es la realidad. Pero Ray, que sigue siendo una cristiana comprometida, también muestra cómo la aceptación de la teoría de la evolución no es necesariamente una aceptación del ateísmo, y cómo Dios puede seguir siendo responsable de haber creado el mundo, aunque no fuera en un acontecimiento único, momentáneo y milagroso.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)