Dinero incomprendido

Título original:

Misunderstood Money

Contenido del libro:

Este libro es una guía informativa para niños y adultos que les explica cómo funciona el dinero.

Muchos adultos no saben cómo funciona el dinero y tienen una vaga idea de él que no se corresponde en absoluto con la realidad.

Educar sobre los hechos que hay detrás del juego del dinero es la necesidad del momento. Este libro pretende educar a los niños sobre cómo fluye el dinero en la sociedad y su necesidad extrema en momentos a los que a menudo tienen que hacer frente. El dinero hay que ganarlo con el lema "trabaja duro, juega duro". Sentarse sin hacer nada sólo trae el fracaso.

En este libro, Jay Hingst ha tratado de poner de relieve los hechos ocultos sobre el flujo y el funcionamiento del dinero. Se ha centrado en los políticos, explicando cómo utilizan el dinero del público para comprar sus votos y cómo hablan a la gente de deshacerse del desempleo, aumentar sus salarios, y luego subir los impuestos por otro lado. Esto deja al público con menos valor (poder adquisitivo) a cambio.

Este libro es una llamada de atención para los adultos, notificándoles la precaria situación del país. Hay que concienciarles de que los impuestos aplicados, ya sean directos u ocultos, han subido tanto que la gente puede prever su bancarrota, quedándose sin valor en sus cuentas. El número de personas que abandonan la economía aumenta cada día que pasa, y la gente apenas llega a fin de mes debido al aumento de la falta de valor de su dinero.

Jay Hingst, de hábitos sedentarios, se ha pasado la vida trabajando en una tienda de comestibles, una ferretería, un taller de tornillería, un puesto de cerveza de raíz y construyendo casas. Tras completar su formación (Licenciado en Ingeniería Industrial), trabajó para distintas empresas manufactureras. También trabajó como supervisor de producción en una planta embotelladora de zumos de naranja y como supervisor del turno de noche en una empresa de fabricación de suministros médicos.

Después dedicó 25 años al departamento de informática, donde dejó huella con sus capacidades. Reescribió varios sistemas para mejorar la eficiencia, reduciendo el tiempo de ejecución de la construcción de costes de 8 horas a sólo una hora y media. También consiguió reducir el MRP de 12-14 horas a 4 horas. Reescribió diligentemente el sistema de control de inventario para un inventario de 40 millones de dólares, que requería dos personas durante dos semanas cada mes, para transferir el dinero a las cuentas adecuadas. Tras comprender el funcionamiento del sistema de control de inventarios, redujo los errores de miles de dólares a menos de un dólar, por lo que no necesitó personal para realizar las transferencias. Sus asiduos esfuerzos ayudaron a la empresa a reducir los errores anuales de inventario físico, que habían pasado del 5-7% a menos del 0,5%, y que ahora eran sobre todo errores de recuento. También se encontró con gente que no creía en sus capacidades, pero demostró que merecía la confianza y la tarea y prosiguió su laborioso camino.