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El libro «Spreading Hate: The Global Rise of White Terrorism» de Daniel Byman explora la naturaleza global de la supremacía blanca y su conexión con los actos de violencia racial, en particular a través de la lente de la Teoría del Gran Reemplazo. Byman sostiene que el auge del terrorismo blanco se alimenta de una combinación de influencia de las redes sociales, retórica política y contextos históricos de racismo en América y Europa.
Ventajas:El libro ofrece un análisis exhaustivo del movimiento supremacista blanco mundial y su impacto en la política contemporánea. Destaca la peligrosa normalización de las ideologías racistas en la política dominante y analiza ejemplos históricos de terrorismo racial. El autor establece conexiones efectivas entre los movimientos racistas estadounidenses y europeos, mostrando cómo se inspiran mutuamente, especialmente a través de las redes sociales.
Desventajas:El libro carece de un análisis psicológico más profundo de por qué los individuos se sienten atraídos por los grupos supremacistas blancos. Tampoco aborda la Insurrección del Capitolio del 6 de enero de 2020, que podría proporcionar información sobre las conexiones entre los grupos de odio marginales y las figuras políticas dominantes. Algunos lectores pueden percibir el contenido como excesivamente centrado en los aspectos negativos de las relaciones raciales.
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Spreading Hate: The Global Rise of White Supremacist Terrorism
Spreading Hate examina la evolución del movimiento del poder blanco en todo el mundo, explicando su atractivo y la amenaza que supone, así como muchos fracasos.
El movimiento moderno del poder blanco es ahora un fenómeno mundial y transnacional. En este extenso y autorizado relato, Daniel Byman traza los momentos clave de la evolución del movimiento del poder blanco en Estados Unidos y en todo el mundo, y luego detalla sus múltiples facetas en la actualidad. Utilizando una amplia gama de fuentes, Byman derriba varios mitos sobre el terrorismo del poder blanco y expone peligrosas lagunas en las políticas actuales.
Durante casi dos décadas, desde el 11-S, el terrorismo de supremacía blanca ha quedado relegado a un segundo plano en Estados Unidos y Europa, a pesar de que estaba experimentando una clara metástasis. Esta negligencia ha provocado episodios de violencia espeluznantes desde Nueva Zelanda a Noruega, pasando por Carolina del Sur, y ha erosionado la fe en las instituciones democráticas occidentales. Como las reivindicaciones de los terroristas del poder blanco se hacen eco de los debates dominantes y su violencia suele exacerbar la polarización, su impacto político puede ser desmesuradamente alto aunque el número de muertos sea bajo. Como subraya Byman, no se trata de un movimiento oculto que intenta volver atrás, sino que es dinámico, se nutre de ideas de todo el mundo y explota las tecnologías más avanzadas, especialmente las redes sociales.
Sin embargo, los terroristas del poder blanco tienen muchas debilidades. Están divididos, tienen un liderazgo deficiente y a menudo atraen a incompetentes y delincuentes, así como a peligrosos e ilusos. Si los gobiernos actúan con decisión y tratan el terrorismo de poder blanco con la misma urgencia que emplean para gestionar la violencia yihadista, se podrá reducir la amenaza. Esto requerirá una aplicación agresiva de la ley, cooperación internacional en materia de inteligencia, medidas enérgicas por parte de las empresas tecnológicas y otras medidas contundentes. Al considerar soluciones políticas y sintetizar un vasto corpus de investigación académica, Difundir el odio será una lectura esencial para cualquiera que esté preocupado por este movimiento cada vez más interconectado que amenaza con volverse más peligroso en los próximos años.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)