La ayuda al desarrollo siempre ha sido un pariente pobre en política y básicamente sólo sirve como hoja de parra para el compromiso deshonesto del país rico Alemania hacia los países pobres del mundo.
En un mundo globalizado, todos los países están de alguna manera interconectados, y si un país tiene problemas económicos, sociales o políticos, esto repercute en todos los demás países, especialmente en aquellos cuyo modelo empresarial se orienta hacia los excedentes de exportación. En los últimos años, Europa y Alemania se han distinguido por no aplicar una política sostenible de trato justo a los países en desarrollo del Sudeste Asiático, Oriente Medio, África o América Central y del Sur.
Las medidas buscaban más su propio beneficio y menos el de cada país. Sin embargo, en el contexto de la explosión demográfica y el empobrecimiento de enormes sectores de la población y la creciente presión migratoria asociada, es más importante que nunca seguir un enfoque sostenible con objetivos a largo plazo y aplicar un Plan Marshall a largo plazo, en particular para África.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)