Puntuación:
El libro ha recibido críticas dispares: muchos elogian sus elementos nostálgicos y su valiosa visión de la historia de Detroit, mientras que otros lo critican por su falta de profundidad y por contener errores factuales.
Ventajas:Los lectores aprecian el valor nostálgico del libro, su excelente fotografía y su atractivo estilo de redacción. Evoca con eficacia recuerdos del pasado de Detroit y ofrece una buena visión general de su historia y cultura, sobre todo para quienes tienen vínculos personales con la ciudad.
Desventajas:Algunos críticos opinan que al libro le falta enfoque y un contexto histórico detallado. También hay notables inexactitudes fácticas, que le restan fiabilidad como fuente histórica. Además, algunos lectores desean más contenido sobre barrios y monumentos concretos.
(basado en 22 opiniones de lectores)
Cuando los locos años veinte llegaban a su fin y comenzaba una nueva década, Estados Unidos se encontraba sumido en la Gran Depresión. La ciudad de Detroit no fue una excepción, ya que la industria despidió a trabajadores y se formaron colas de pan por toda la ciudad.
El alcalde de Detroit, Frank Murphy, dejó que el país apoyara programas estatales y federales de asistencia social para ayudar a la gente a superar la crisis económica. A mediados de la década de 1930, Detroit empezó a salir del fango económico y pronto empezó a desplegar su músculo industrial a medida que la industria manufacturera, encabezada por la automovilística, volvía a poner en forma a la Ciudad del Motor. Al final de la década y con la guerra a la vuelta de la esquina, la ciudad estaba preparada para ocupar su lugar en el escenario mundial.
El país se tambaleaba tras el ataque a Pearl Harbor y tuvo que trasladar su poderío industrial del uso civil al esfuerzo bélico. En ningún otro lugar fue tan evidente como en Detroit. Su enorme capacidad manufacturera, cuando se volcó en la fabricación de implementos bélicos, le valió un nuevo apodo.
La Ciudad del Motor se convirtió en el Arsenal de la Democracia y comenzó a evolucionar una vez más. La afluencia de trabajadores del Sur profundo a la industria bélica añadió otra faceta a la sociedad y la cultura de la ciudad. A medida que la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin y la producción se reequipaba para la vuelta a la vida civil, un boom económico recorrió Detroit.
La ciudad celebró su 25 cumpleaños en 1951, lo que provocó una avalancha de fondos para construir. Se realizaron importantes ampliaciones en el Instituto de Arte, el Museo Histórico de Detroit y el paseo fluvial.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)