Despertar al gigante: cómo un clima cambiante desencadena terremotos, tsunamis y volcanes

Opiniones de los lectores

El libro de Bill McGuire «Waking the Giant» explora la relación entre el cambio climático y desastres geológicos como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas. Presenta pruebas de cómo el cambio climático antropogénico está afectando a los sistemas geológicos de la Tierra y subraya la urgencia de comprender estos impactos para el futuro de la humanidad.

El libro está bien documentado, es ameno e invita a la reflexión, haciendo accesibles a los lectores profanos conceptos científicos complejos. Muchos críticos lo consideraron esclarecedor, ya que proporciona una amplia comprensión de la interconexión entre el cambio climático y los fenómenos geológicos. Incluye datos geológicos históricos e ilustra los posibles efectos catastróficos del cambio climático en la Tierra.

Algunos lectores opinaron que el libro podría tener una cita más exhaustiva de las fuentes que apoyan las afirmaciones, sobre todo para los escépticos. Hubo críticas sobre el índice, la organización del contenido y las ilustraciones, que algunos consideraron deficientes. Algunos críticos señalaron que, aunque el libro trata ampliamente la historia geológica, se toma su tiempo para profundizar en las implicaciones actuales.

(basado en 30 opiniones de lectores)

Título original:

Waking the Giant: How a Changing Climate Triggers Earthquakes, Tsunamis, and Volcanoes

Contenido del libro:

Hace 20.000 años nuestro planeta era una casa de hielo. Las temperaturas eran seis grados más bajas, capas de hielo de varios kilómetros de espesor cubrían gran parte de Europa y Norteamérica y el nivel del mar era 130 metros más bajo.

En los 15 milenios siguientes, nuestro planeta se transformó en el mundo templado en el que ha crecido y prosperado nuestra civilización. En uno de los periodos más dinámicos de la historia de la Tierra, el aumento vertiginoso de las temperaturas derritió las grandes capas de hielo como si fueran mantequilla en un caluroso día de verano, alimentando con torrentes de agua dulce las cuencas oceánicas que se llenaron rápidamente hasta alcanzar los niveles actuales. La eliminación del enorme peso del hielo en las latitudes altas hizo que la corteza rebotara desencadenando terremotos en Europa y Norteamérica y provocando un estallido volcánico sin precedentes en Islandia.

Un gigantesco corrimiento de tierras submarino frente a las costas de Noruega provocó un tsunami que se estrelló contra la costa escocesa, mientras que en los márgenes de los continentes la enorme carga ejercida sobre la corteza por el aumento del nivel del mar provocó una respuesta sísmica y volcánica generalizada. En muchos aspectos, este mundo postglacial es un reflejo del que se prevé que surja como consecuencia de un cambio climático no mitigado impulsado por las actividades humanas.

Ya hay indicios de que los efectos de la subida de las temperaturas globales están haciendo que el gigante dormido vuelva a agitarse. ¿Podría ser que estemos en vías de legar a nuestros hijos y a los suyos no sólo un mundo mucho más caluroso, sino también geológicamente más fracturado?