Democracia fracturada

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Título original:

Fractured Democracy

Contenido del libro:

El mantenimiento de cualquier cultura incluye mantener los principios de valores y explorar otros medios para avanzar en eficacia y eficiencia. La integridad política es hoy inexistente porque los partidos políticos se han convertido en las puertas del martirio: todos juegan a ganarse la atención de los simpatizantes en lugar de ocuparse de los fundamentos básicos del sistema democrático.

De ahí que la democracia se desangre de calidad al alimentarse de meras teatralidades de ideologías políticas y promociones de conceptos fracasados. Cuando no hay nuevas ideas ni descubrimientos, la vida de la gente vuelve al estancamiento. Siempre, lo nuevo es como descubrir antídotos para la longevidad de la vida.

Por otra parte, la sospecha de falta de crecimiento abrirá inmediatamente una brecha entre un sistema y los actores independientes que deseen establecer estructuras alternativas.

¡Donde no hay visión, el pueblo perece! Democracia fracturada no se ha escrito para sembrar la discordia entre naciones o reinos, sino para mostrar la necesidad de diálogo y resolución.

Una parte debe escuchar a la otra y, hasta que se establezca un acuerdo de paz, quienes emprendan la gran tarea de encontrar soluciones duraderas no deben relegar su compromiso y dedicación. La complejidad de la paz mundial no la puede abordar ningún concepto ideológico, porque hay cuestiones reales de la vida que van más allá de las rivalidades políticas y de la consecución de hitos ideológicos. La impresión de ganarlo todo no equivale a encontrar soluciones para todos los problemas humanos.

Por eso, quienes creían tener las llaves pueden encontrarse con que se retiran antes de lo esperado. Todos los líderes y gobernantes deben saber que la vida no la cumplen los partidos políticos. Debe haber espacio para los compromisos, incluso allí donde la diplomacia ha fracasado.

El unilateralismo y el excepcionalismo no son formas de resolver los asuntos mundiales. Tales nociones erróneas sólo suscitan energías equivocadas, y donde no hay acuerdo de paz, sólo queda por explorar el acuerdo de guerra.