Demasiado blanco: El legado de la supremacía blanca en el cristianismo estadounidense

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Título original:

White Too Long: The Legacy of White Supremacy in American Christianity

Contenido del libro:

Basándose en la historia, las encuestas de opinión pública y la experiencia personal, Robert P. Jones ofrece un examen provocador de la relación impía entre el cristianismo estadounidense y la supremacía blanca, y hace un llamamiento urgente a los cristianos blancos para que reconozcan este legado por el bien de ellos mismos y de la nación.

Mientras la nación lidia con los cambios demográficos y el legado del racismo en Estados Unidos, el papel del cristianismo como piedra angular de la supremacía blanca ha sido en gran medida pasado por alto. Pero los cristianos blancos -desde los evangélicos del sur hasta los protestantes tradicionales del medio oeste y los católicos del noreste- no sólo han sido complacientes o cómplices, sino que, como poder cultural dominante, han construido y sostenido un proyecto de protección de la supremacía blanca y de oposición a la igualdad de los negros que ha enmarcado toda la historia estadounidense.

Con la Biblia de 1815 de su familia en una mano y las encuestas de opinión pública contemporáneas del Public Religion Research Institute (PRRI) en la otra, Robert P. Jones ofrece un análisis innovador de la historia reprimida de la relación simbiótica entre el cristianismo y la supremacía blanca. White Too Long demuestra hasta qué punto las actitudes racistas se han incrustado en el ADN de la identidad cristiana blanca a lo largo del tiempo y exige un reconocimiento honesto de un pasado complicado, doloroso e incluso vergonzoso. Jones desafía a los cristianos blancos a reconocer que las disculpas públicas no bastan: aceptar la responsabilidad por el pasado exige trabajar para repararlo en el presente.

White Too Long no es un llamamiento al altruismo. Basándose en las enseñanzas extraídas de estudios de casos de comunidades que empiezan a enfrentarse a estos retos, Jones sostiene que los cristianos blancos contemporáneos deben afrontar estas inquietantes verdades porque es la única forma de salvar la integridad de su fe y de sus propias identidades. En términos más generales, no es exagerado afirmar que no sólo está en juego el futuro del cristianismo blanco, sino también el resultado del experimento estadounidense.