Delicias terrenales: Historia del Renacimiento

Opiniones de los lectores

El libro ofrece una amplia panorámica del arte renacentista, con un estilo de redacción moderno y accesible. Incluye muchas ilustraciones e información valiosa adecuada tanto para los recién llegados como para los entusiastas del arte más experimentados. Sin embargo, se le critica la falta de profundidad en las discusiones, una selección limitada de obras de arte y la mala calidad de las ilustraciones.

Gran redacción y relato ameno, información valiosa, muchas ilustraciones, enfoque moderno y directo, adecuado tanto para principiantes como para aficionados, abarca tanto el Renacimiento italiano como el septentrional.

Falta profundidad en las discusiones, a menudo presenta las mismas obras de arte conocidas, ilustraciones de mala calidad que dificultan la comprensión, y no se incluyen todas las obras de arte discutidas.

(basado en 7 opiniones de lectores)

Título original:

Earthly Delights: A History of the Renaissance

Contenido del libro:

Este imaginativo replanteamiento del Renacimiento presenta su historia como la de las conexiones a través de Europa, donde artistas del norte y del sur fueron producto de la brillantemente fértil mezcla de inspiración clásica, observación y autoconciencia que encendió la cultura europea desde el siglo XV hasta principios del XVII. De Leonardo da Vinci a El Bosco, de Pieter Bruegel a Tiziano, esta conmovedora narración sitúa las vidas de los artistas en un periodo de grandes cambios en todo el continente.

A lo largo de trece capítulos, el crítico de arte y escritor Jonathan Jones relata la historia de los artistas del Renacimiento como pioneros, aventureros y, por derecho propio, «genios». Revela cómo se inspiraron en sus viajes y encuentros por Europa y más allá, como los tesoros aztecas que contempló maravillado Albrecht Drer en Bruselas en 1520, o el arduo viaje de Antonello da Messina a Brujas para descubrir la verdadera naturaleza de la pintura al óleo.

En esta historia de ideales compartidos, la llegada de un pintor neerlandés hasta entonces desconocido, Bruegel, a la Roma de 1550 tiene la misma importancia que el trabajo en el que Miguel Ángel estaba enfrascado en ese mismo momento para elevar hacia el cielo la nueva basílica de San Pedro. Desde los palacios y plazas italianos hasta los bosques alemanes, desde el castillo real de Praga hasta el Imperio de los Habsburgo, esta lectura atractiva y evocadora cautivará tanto a los lectores en general como a los eruditos.