Del nacionalismo al universalismo: Vladimir (Ze'ev) Jabotinsky y la cuestión ucraniana

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Título original:

From Nationalism to Universalism: Vladimir (Ze'ev) Jabotinsky and the Ukrainian Question

Contenido del libro:

Traducción al inglés de Vladimir (Ze'sev) Jabotinsky i ukrains'ske pytannia: vselijuds'skist's u shatakh natsionalizmu. El periodista e historiador Israel Kleiner invita al lector a considerar un viejo problema -la historia de las relaciones judeo-ucranianas- desde una nueva perspectiva. El eminente líder sionista Vladimir (Ze'sev) Jabotinsky (1880-1940) es bien conocido por su papel en la historia política judía, pero sus escritos sobre la cuestión ucraniana y sus relaciones con los políticos ucranianos no han sido objeto de una amplia investigación académica. Jabotinsky, que nació en Odesa, trabajó como periodista en esa ciudad y fue testigo de la crisis que se estaba desarrollando en el Imperio ruso como consecuencia de la implacable política de rusificación oficial. A medida que los pueblos no rusos del imperio empezaban a movilizarse por la autonomía política y cultural, se producía una reacción cada vez más violenta por parte de las fuerzas rusas, que instigaban pogromos antijudíos y llamaban a la discriminación de los inorodtsy (no nativos). A diferencia de la mayoría de los líderes judíos de la época, Jabotinsky creía que Ucrania era crucial para el futuro del imperio: el creciente movimiento ucraniano era lo bastante poderoso como para romper la ola de rusificación, y su orientación política ayudaría a determinar si el orden postimperial avanzaba en la dirección de la libertad o de la tiranía.

Consciente de que la mayoría de la élite judía secular del imperio estaba rusificada culturalmente y participaba principalmente en organizaciones políticas rusas, Jabotinsky abogó por una reorientación. Si no se llegaba a un acuerdo entre los movimientos judío y ucraniano, advirtió, las masas ucranianas podrían dejarse influir por elementos reaccionarios que las convencerían de que los judíos eran sus enemigos políticos. Los pogromos de 1919 en Ucrania confirmaron la validez de los temores de Jabotinsky. Sin embargo, no rompió sus lazos con los políticos democráticos ucranianos: en 1921 firmó un acuerdo con su viejo amigo Maksym Slavinsky, representante del gobierno en el exilio de la República Popular Ucraniana, que preveía la creación de una gendarmería judía para defender a la población judía de los pogromos en caso de una nueva campaña antibolchevique por parte de las fuerzas ucranianas. Cuando el líder exiliado del gobierno ucraniano, Symon Petliura, fue asesinado en 1926 por un judío de Besarabia que clamaba venganza por las víctimas de los pogromos, Jabotinsky no se unió a la ola de aprobación, sino que señaló que el beneficio político del asesinato recaería en la recién establecida dictadura soviética. A menudo menospreciado como una figura marginal o excéntrica, Jabotinsky emerge de este relato como un pensador con una visión coherente del nacionalismo y como un observador extraordinariamente sensible que a menudo preveía correctamente el curso de los acontecimientos políticos.

Su principio fundamental de respeto mutuo entre naciones proporciona una base sólida para el desarrollo de las relaciones entre ucranianos y judíos.