Definición y disputa: Una defensa del externalismo temporal

Título original:

Definition and Dispute: A Defense of Temporal Externalism

Contenido del libro:

Muchos de nuestros desacuerdos más profundos giran en parte en torno a cuestiones de definición.

Los filósofos llevan mucho tiempo debatiendo las definiciones de conocimiento, arte, verdad y libertad, y también suele pensarse que las cuestiones sociales y políticas sobre la persona, la salud y la enfermedad, el matrimonio y el género giran en parte en torno a definiciones. Este libro contribuye a nuestra comprensión de cómo nos enfrentamos a cuestiones y desacuerdos de este tipo.

Sostiene que las disputas sobre cuestiones de definición no se refieren únicamente al significado de las palabras o de nuestros conceptos, y no suelen implicar un cambio de significado. En su lugar, desarrolla una concepción de la definición según la cual participar en una investigación o un debate ayuda a determinar los significados de nuestras palabras sin cambiarlos; lo que se determina es el significado que nuestras palabras tuvieron todo el tiempo. Este punto de vista temporal externalista -según el cual lo que ocurre al final de nuestra investigación o debate puede desempeñar un papel en la determinación de lo que queríamos decir y pensábamos a lo largo de todo el proceso- nos permite ver por qué las formas típicas de abordar las cuestiones de definición tienen sentido y no son confusas ni necesitan revisión.

El libro desarrolla este estilo de visión con un detalle sin precedentes, y muestra cómo ayuda a dar sentido no sólo a las disputas sobre definiciones, sino también a los desacuerdos sobre cuestiones de gusto (como las discusiones sobre si una comida en particular es deliciosa, o si una determinada película es divertida). El libro también ofrece nuevas y poderosas críticas a afirmaciones filosóficas actualmente populares: que las disputas sobre la definición deben entenderse típicamente como meramente verbales o como cuestiones de negociación metalingüística o ingeniería conceptual; que existen conceptos inconsistentes, que pueden explicar nuestro compromiso con algunos problemas y paradojas filosóficas; y que el relativismo proporciona la mejor manera de entender nuestras afirmaciones sobre cuestiones de gusto.