Puntuación:
El libro proporciona un examen detallado de la transición de Japón durante la Restauración Meiji, ofreciendo perspectivas únicas y un exhaustivo contexto histórico. Sin embargo, algunos lectores lo encontraron árido y excesivamente académico.
Ventajas:⬤ Interesantes reflexiones sobre el desarrollo histórico de Japón
⬤ interpretaciones originales del autor
⬤ proporciona un contexto más amplio de la Restauración Meiji más allá de las comparaciones entre lo tradicional y lo moderno.
⬤ Aburrido para algunos lectores
⬤ percibido como excesivamente académico, parecido a una conferencia
⬤ contiene problemas de edición como erratas y errores gramaticales.
(basado en 5 opiniones de lectores)
To Stand with the Nations of the World: Japan's Meiji Restoration in World History
Los radicales samuráis que derrocaron al último shogun en 1868 prometieron restaurar las antiguas y puras costumbres japonesas. Los observadores extranjeros temían que Japón cayera en una xenofobia violenta.
Pero el nuevo gobierno Meiji tomó el camino contrario. Copió las mejores prácticas de todo el mundo y construyó una nación japonesa poderosa y moderna con la ayuda de asesores europeos y estadounidenses. A la vez que reverenciaba el pasado japonés, el gobierno Meiji abrazó audazmente lo extranjero y lo nuevo.
¿Cómo se explica esta paradoja? ¿Cómo pudo la revolución japonesa de 1868 ser a la vez moderna y tradicional, xenófoba y cosmopolita?
To Stand with the Nations of the World explica la paradoja de la Restauración a través de las fuerzas de la globalización. La Restauración Meiji formó parte del "largo siglo XIX" global, durante el cual ambiciosas naciones-estado como Japón, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos desafiaron a los grandes imperios multiétnicos del mundo: Otomano, Qing, Romanov y Habsburgo.
Los líderes japoneses querían celebrar su singularidad, pero también buscaban el reconocimiento internacional. En lugar de limitarse a imitar a potencias mundiales como Gran Bretaña, trataron de hacer de Japón un país netamente japonés, del mismo modo que Gran Bretaña era netamente británica. En lugar de cantar "Dios salve al Rey", crearon un himno nacional japonés con letra de poesía antigua, pero música de estilo occidental.
La Restauración también resonó con el antiguo pasado de Japón. En los años 600 y 700, Japón se vio amenazado por la dinastía Tang, tan poderosa como el imperio romano. Para resistir a los Tang, los dirigentes japoneses tomaron prestados sus métodos, construyeron un estado japonés centralizado según los modelos de los Tang y aprendieron la ciencia y la tecnología continentales.
Al igual que en el siglo XIX, Japón cooptó las normas internacionales al tiempo que insistía en su carácter distintivo. Al enfrentarse a la globalización en el siglo XIX, Japón se remontó a la "antigua globalización" de los siglos XVI y XVII.
Por tanto, el pasado antiguo no era remoto ni distante, sino inmediato y vital.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)