De Castro a Christopher: Gay Streets of America 1979-1986

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Título original:

Castro to Christopher: Gay Streets of America 1979-1986

Contenido del libro:

El mundo perdido de los "paraísos gays" de San Francisco y Nueva York está bellamente documentado en esta colección de retratos extraordinariamente íntimos y escenas callejeras tomadas por el activista y cronista fotográfico Nicholas Blair entre 1979 y 1986. La encantadora y despreocupada utopía que las comunidades gays anteriores al sida ofrecían a una cultura denostada durante mucho tiempo evoca una existencia idílica de paz y aceptación, con sólo un atisbo de la oscura nube de la epidemia de sida que se cernía sobre ellos, y las primeras protestas y demandas de un trato humano que apenas empezaban a arraigar.

Entre 1979 y 1986 -después de Stonewall y antes de los días más oscuros de la epidemia de sida- hubo un periodo de exuberante y floreciente vida gay en lugares conocidos incluso entonces como "paraísos gays". Hubo otros, pero los más conocidos fueron el distrito Castro de San Francisco, Christopher Street y Fire Island de Nueva York, y Provincetown, Massachusetts.

La alegría -y el patetismo- de estos mundos trágicamente perdidos está bella y vibrantemente documentada en esta colección de convincentes retratos y escenas callejeras fotografiadas por Nicholas Blair. Cuando era adolescente y llegó a San Francisco desde Nueva York, haciendo autostop hasta Buenos Aires, Blair vivía en una comuna artística de estilo hippie al otro lado del Castro. Con una cámara telemétrica Leica que le prestó un amigo de la infancia, Blair empezó a perfeccionar su arte como fotógrafo en medio de la explosión de la vida LGBTQ que eclipsaba rápidamente a los hippies como el movimiento contracultural más visible (y fotografiable) de la época.

Las reveladoras, evocadoras y festivas fotos de Blair son una ventana abierta a la explosión de celebración contenida y (en ocasiones) de alborotada ebullición de personas que hasta entonces habían permanecido en el armario y que de repente habían sentido que la puerta de la tolerancia se abría por una rendija, y que ahora se asomaban, con fuerza, a vivir la vida abiertamente como su verdadero y genuino yo.

Quizá lo más irónico, visto desde la perspectiva actual de la interseccionalidad, es lo mucho que encaja, especialmente en las imágenes de San Francisco, el trasfondo "hippie" con, por ejemplo, la vibrante extravagancia de muchos de los participantes en los desfiles del Orgullo. ¿Cuántos grados de separación hay, en realidad, entre los Merry Pranksters de Ken Kesey y las Hermanas de la Perpetua Indulgencia?

Si el espectro del sida no se cerniera sobre estas fotografías, sería como si nos mostraran un universo paralelo en el que la plena igualdad ante la ley de las personas LGBTQ podría haber llegado mucho antes.

Tal como están, estas imágenes históricas son cápsulas del tiempo de unos pocos lugares de Estados Unidos, donde, por primera vez, y durante muy poco tiempo, se podía ser gay.