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Peasants into Frenchmen», de Eugene Weber, goza de gran prestigio por su análisis en profundidad de la transición del campesinado francés durante la Tercera República, haciendo hincapié en los procesos de modernización y nacionalización que se desarrollaron desde finales del siglo XIX. Si bien es alabado por su riqueza de detalles, su erudición y su atractivo estilo de escritura, algunos críticos le reprochan su visión homogeneizadora de la cultura rural y su dificultad de lectura sin conocimientos previos de francés.
Ventajas:⬤ Monumental erudición y meticulosa investigación apoyada por extensas notas a pie de página.
⬤ Prosa atractiva y clara, a menudo humorística y elegante.
⬤ Rico en detalles con numerosas anécdotas que ilustran la vida en la Francia rural del siglo XIX.
⬤ Proporciona un examen exhaustivo de los factores que contribuyeron a la formación de una identidad nacional en Francia.
⬤ Muy recomendable para estudiantes y estudiosos de la historia y el nacionalismo franceses.
⬤ Algo denso y extenso, puede requerir familiaridad con la lengua y la historia francesas.
⬤ Se percibe una desconexión entre algunas partes del libro, sobre todo en lo que se refiere a la realidad de la vida campesina frente al retrato que hace Weber de ella.
⬤ Los críticos sostienen que el libro homogeneiza la vida rural, pasando por alto la diversidad y riqueza de las culturas regionales.
⬤ Ciertos pasajes pueden parecer una transcripción de notas más que una narración cohesionada.
(basado en 18 opiniones de lectores)
Peasants Into Frenchmen: The Modernization of Rural France, 1870-1914
Francia alcanzó la unidad nacional mucho más tarde de lo que se cree. Durante cien años o más después de la Revolución, millones de campesinos vivieron como en un mundo sin tiempo, con una existencia poco diferente de la de las generaciones anteriores.
El autor de esta obra ágil, a menudo ingeniosa y siempre provocadora, describe cómo Francia sufrió una verdadera crisis de civilización en los primeros años de la República Francesa, a medida que las actitudes y prácticas tradicionales se desmoronaban bajo las fuerzas de la modernización. Las carreteras y los ferrocarriles locales fueron los factores decisivos, al poner en contacto fácilmente regiones hasta entonces remotas e inaccesibles con los mercados y los grandes centros del mundo moderno.
Los productos de la industria hicieron inútiles muchas habilidades campesinas, y el sistema escolar en expansión enseñó no sólo la lengua de la cultura dominante sino también sus valores, entre ellos el patriotismo. En 1914, Francia se había convertido por fin en La Patrie de hecho, como lo había sido durante tanto tiempo de nombre.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)