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El libro «David I: The King Who Made Scotland» de Richard Oram presenta una biografía bien documentada del rey David I de Escocia, centrada en su doble naturaleza como gobernante y en el contexto histórico de su reinado. Los lectores consideran que el material es informativo, atractivo y accesible, y elogian especialmente el equilibrado análisis que hace el autor del carácter y las acciones de David. Sin embargo, algunos críticos han señalado problemas con la calidad física de la edición de bolsillo y el pequeño tamaño de la letra, que pueden dificultar la experiencia de lectura.
Ventajas:⬤ Bien documentado e informativo
⬤ estilo de escritura atractivo
⬤ análisis equilibrado del carácter y las repercusiones del rey David I
⬤ conciso y fácil de leer
⬤ mapas y cuadros genealógicos útiles
⬤ se adapta a varios niveles de conocimiento histórico.
⬤ La mala encuadernación de la edición de bolsillo hace que las páginas se suelten
⬤ la letra pequeña dificulta la lectura
⬤ algunos lectores encontraron el texto denso.
(basado en 16 opiniones de lectores)
David I: The King Who Made Scotland
Considerado uno de los más grandes reyes medievales de Escocia, nunca se esperó que David I -el hijo menor del rey Malcolm III y Santa Margarita- llegara a sucederle en el trono. Durante los reinados de sus hermanos mayores, David se labró una carrera como noble anglonormando en la corte de su cuñado, Enrique I de Inglaterra.
Con el respaldo de Enrique y el apoyo de su hermana mayor, la reina Matilde, David se aseguró un buen matrimonio y una rica herencia, con propiedades repartidas desde Normandía hasta el norte de Inglaterra, así como un principado propio en el sur de Escocia. Al suceder en el trono escocés en 1124, se enfrentó a una larga y enconada lucha contra rivales por su corona, pero impuso sin piedad su autoridad en el reino y se ganó el respeto de sus señores gaélicos. Como rey, David inició la modernización de su reino siguiendo las pautas europeas.
Muchas de las familias más importantes de la Escocia medieval, como los Bruces, los Comyns y los Stewarts, fueron traídas por David como colonos, y fundó comunidades monásticas como Dunfermline, Kelso, Melrose y Holyrood. La reforma interior fue acompañada de una agresiva expansión exterior, y David extendió su poder por toda Escocia continental, las islas occidentales y, finalmente, el norte de Inglaterra.
David se hizo con el control de Northumberland, Cumbria e incluso de gran parte de Yorkshire y Lancaster, inclinando la balanza del poder en Gran Bretaña firmemente a favor de los escoceses. Fue un rico legado para sus herederos, pero sin el liderazgo de David, la posición dominante de Escocia se desmoronó rápidamente.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)