Crucify That Thing Before It Kills You
Jesús aclaró los requisitos de todo creyente. Simplemente dijo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mateo 16:24). Suena bastante sencillo... hasta que empiezas a desglosarlo.
En la opulenta sociedad actual, la mayoría no está acostumbrada a negarse a sí misma nada, aunque no tenga los medios para pagarlo. La responsabilidad personal está bajo mínimos. Cuando ocurre una tragedia, buscamos a alguien o algo a quien culpar. Desde luego, no es culpa mía.
Jesús requiere que tomemos una cruz. Bueno, eso es bastante fácil... ¿oro, plata o platino? Pero no olvides que la cruz no es una joya para llevar puesta; al contrario, es un instrumento de muerte. Nuestra muerte.
¿Tienes una adicción con la que estás luchando? Tal vez hayas llegado a la conclusión de que Dios te hizo para vivir como homosexual. Ahí Dios tiene la culpa. Y que la adicción al alcohol o a las drogas, bueno, es una enfermedad. Tampoco es culpa mía.
Así que abre las páginas y echa un vistazo. Atrévete. La dura verdad para todos es que la Biblia, la Palabra de Dios, es un espejo. Tú y yo debemos vernos, a la luz de Sus Escrituras, como Él nos ve. Pero sigue leyendo. La Biblia contiene todo el poder y las herramientas que tú y yo necesitamos para obedecer el mandato de Jesús. Así que toma tu cruz y síguelo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)