Crónicas del condado de Cooke - Parte 3 - Río Rojo y Silver City

Título original:

Cooke County Chronicles - Part 3 - Red River and Silver City

Contenido del libro:

El Rojo no es necesariamente el río más atractivo de Texas, pero sin duda merece su nombre... pregunte a cualquiera que haya pasado un día de pesca en sus orillas o nadando en sus turbias aguas....

su ropa quedará manchada durante algún tiempo. Es el suelo de arcilla roja el que da al río su color carmesí y de ahí su nombre. Creo que el Río Rojo debe ser femenino por la forma en que serpentea a su paso.

A veces es dócil como un cordero y sus aguas fluyen suavemente por las orillas, los siluros aletean, sus colas golpean la tranquila superficie mientras regresan a las profundidades.

Otras veces se enfurece como un abejorro y sus aguas suben y la espuma se arremolina en torno a los escombros que arrastran las corrientes. Como un demonio enfurecido, las aguas crecen y nada a lo largo de las orillas está a salvo de su furia: los árboles jóvenes son arrancados de su hogar en el suelo arenoso de Oklahoma y los árboles caídos son recogidos por las olas y arrastrados a toda velocidad.

W. R. Strong, uno de los primeros pioneros, habla del condado de Cooke: "El primer camino o sendero a través del condado de Cooke lo hicieron los mormones cuando salieron de Missouri hacia Salt Lake y no debió ser más tarde de 1843 o 1844.

Había un gran grupo de ellos y dejaron un rastro bastante llano que después se convirtió en el viejo Camino de California. "Vinieron de Preston y Whitesboro a través de la pradera, manteniéndose en la divisoria entre Timber Creek y Mineral Creek (Condado de Grayson), alrededor de la cabecera de Pecan Creek y alrededor de Brushey y Dry Elm, cruzaron Main Elm en el cruce de St. Jo y en la divisoria entre Clear y Farmer's Creeks hasta el Condado de Young.

"Este camino se convirtió más tarde en el Camino de California, y he visto muchas largas caravanas que lo recorrían camino de California, especialmente durante los años 49 y 50, cuando la fiebre del oro. También la siguieron algunos de nuestros hombres: el capitán (W.

C. ) Twitty, el Dr. (J. Pope) Long, el Sr.

(William) Howeth, Marcus Webster, Joe Worth, Roy Montague y otros".