Cristianismo Masculino

Título original:

Masculine Christianity

Contenido del libro:

La iglesia occidental se ha vuelto feminista. Dios ha dado a los hombres autoridad en el hogar, la iglesia y la sociedad. Sin embargo, la Iglesia se ha rebelado contra el designio de Dios y ha abrazado la enseñanza del mundo incrédulo de que las mujeres deben asumir las mismas funciones y deberes que los hombres, en lugar de centrarse en el hogar y los hijos. La erudición cristiana y los comentarios bíblicos están dominados por los argumentos feministas de que tanto el marido como la mujer deben someterse el uno al otro ("sumisión mutua"), que las mujeres pueden ser pastoras y predicar sermones a los hombres, y que la enseñanza del apóstol Pablo sobre hombres y mujeres se limitaba a la cultura grecorromana y ha sido trascendida por nuestra unidad en Cristo.

Lamentablemente, la respuesta conservadora al feminismo -el complementarismo- comprometió varias enseñanzas cristianas históricas y, por lo tanto, le ha dado al feminismo un punto de apoyo aún más fuerte en la iglesia. Muchos complementarios no enraízan los roles de género en las diferentes naturalezas de hombres y mujeres. Como resultado, se han negado a aplicar las enseñanzas de la Biblia sobre el hombre y la mujer más allá del hogar y la iglesia, lo que ha llevado a la aceptación de las mujeres en cargos civiles y en el combate militar. Además, la gran mayoría de los complementarios han adoptado la novedosa interpretación de 1 Corintios 14:34-35 ("las mujeres deben guardar silencio en las iglesias") de que Pablo sólo prohibió a las mujeres evaluar la profecía, lo que ha abierto la puerta a que las mujeres prediquen y enseñen a los hombres en la iglesia.

El resultado es que la Iglesia occidental se ha vuelto afeminada y débil. Los pastores temen enseñar pasajes bíblicos importantes sobre las funciones y deberes de hombres y mujeres, y no es de extrañar que las jóvenes cristianas cambien los bebés por carreras fuera del hogar y que las iglesias capitulen regularmente ante las subversiones de la ética sexual bíblica. Lo que la Iglesia necesita es recuperar su vocación masculina, en la que los hombres asuman la autoridad -y responsabilidad- que Dios les ha dado en el hogar, la Iglesia y la sociedad. Este libro afirma la enseñanza cristiana histórica sobre el hombre y la mujer, critica la erudición feminista e insta a los complementarios a mantener una posición más sólida y coherente. Es una llamada a volver a la enseñanza bíblica sobre el hombre y la mujer. Es una llamada al cristianismo masculino. .