Crianza Responsiva: Principios Para Criar Hijos Conectados Y Saludables

Contenido del libro:

Este libro identifica cinco áreas problemáticas en la crianza de los hijos que, si no se controlan, producirán problemas en la adolescencia. Son las siguientes

A) Aislamiento.

B) Descontrol.

C) ausencia de límites.

D) poca accesibilidad parental.

E) vergüenza.

El antídoto para los cinco son la conexión, el autocontrol, los buenos límites, la accesibilidad a los padres y la capacidad de éstos para mitigar la vergüenza en la vida de sus hijos.

Una de las principales diferencias entre las familias que disfrutan y las que no es la forma en que abordan los conflictos. Las familias reactivas no poseen las habilidades necesarias para resolver conflictos, mientras que las familias receptivas sí. A nuestro alrededor hay adolescentes aislados, con poco autocontrol sobre sus emociones. Se meten fácilmente en líos por culpa de unos límites parentales deficientes y, como consecuencia, experimentan vergüenza. No tienen acceso a sus padres y no saben cómo resolver sus conflictos y confusiones. Los padres jóvenes pueden evitar estas trampas mortales desde la etapa de los niños pequeños criando a sus hijos de forma receptiva. Criarán niños que sepan interactuar con los demás, controlar sus emociones, respetar y aceptar unos buenos límites, disfrutar de la accesibilidad de sus padres y saber cómo mitigar la vergüenza cuando aparezca en sus vidas.

La familia reactiva va literalmente en círculos. Sus patrones reactivos cíclicos incluyen falta de atención, incomprensión, menosprecio, rechazo, vergüenza y aislamiento. Pueden estar desconectados, enfadados y resentidos. Están en un tiovivo emocional y no saben cómo bajarse. Por otro lado, la familia receptiva ha aprendido a detener el ciclo. Han empleado la escucha, la comprensión y la clarificación. Cuando se disculpan, significan algo. Cuando perdonan, no vuelven a sacar el tema. En lugar de ser rígidos, han aprendido a ser flexibles. Están conectados y perdonan. Como resultado, son emocionalmente fuertes y respetuosos el uno con el otro. Disfrutan de los momentos espontáneos de forma mutuamente satisfactoria.

Este libro ayuda al lector a identificar los patrones mortales que están drenando la vida de sus relaciones y presenta el cambio como una posibilidad real. Con el uso de metáforas e imágenes verbales, el lector puede ver los dos tipos de familias, pero también aprender a introducir el cambio en su familia, el tipo de cambio que no es fácil pero sí transformador.

Ser padres es una tarea desalentadora, sobre todo si se es joven e inexperto. Hoy en día, muchos padres se sienten desconectados de sus hijos y abrumados por una sensación de impotencia. Existen dos enfoques básicos para la crianza de los hijos: la crianza reactiva y la crianza receptiva. La crianza reactiva, tan frecuente en la sociedad actual, se lleva a cabo como reacción a algo, ya sea un niño quejica o la propia ansiedad de los padres. Es impulsiva y produce malos resultados. A medida que más y más jóvenes llegan a la edad adulta sin un modelo adecuado de autorregulación y resolución de conflictos, más visible se hace este problema. Por otro lado, la crianza responsiva, tal y como se describe en el libro de Boyd, es un enfoque de la crianza basado en principios. Hace hincapié en la importancia de preparar a los niños para la edad adulta. La crianza responsable es reflexiva y responde al interés superior del niño. Adopta una perspectiva a largo plazo. Escucha y aclara. Pide disculpas y perdona. Es flexible y da libertad con responsabilidad. Acepta y afirma a la vez que conecta y apoya. Boyd Brooks muestra a los lectores, a través de principios bíblicos fáciles de entender, cómo fomentar la autoestima y la confianza en sus hijos y ayudarles a descubrir quiénes están destinados a ser.