El autor reflexiona sobre el significado de la imagen del cuerpo místico en la teología de Buenaventura.
La aplicación eclesiológica de esta imagen ha sido una doctrina tradicional desde los Padres de la Iglesia y era habitual en la Edad Media. El doctor franciscano, a la luz de su cristología y comprensión trinitaria, piensa en la Iglesia como un organismo vivo, un cuerpo místico, constituido por la gracia de muchas personas vivas.
La Iglesia, llamada cuerpo místico, es fruto de la misión visible del Hijo y del Espíritu Santo. Por eso, en este cuerpo, Cristo ocupa el centro de la escena. Él es la cabeza de su cuerpo místico, imbuido de la presencia del Espíritu Santo, que confiere la plenitud de toda gracia.
Cristo es también el corazón de la Iglesia, porque está en el centro y distribuye el don de su gracia a todos los demás miembros. En este sentido, Él es el principio o la fuente de la comunicación de la gracia, cuya extensión es universal y alcanza a los seres del cielo y de la tierra de todos los tiempos y lugares.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)