Puntuación:
El libro presenta un argumento bien documentado que defiende los derechos individuales frente a las políticas de identidad de grupo, criticando en particular el concepto de racismo sistémico y las políticas basadas en la equidad. Incluye un análisis exhaustivo de la brecha de riqueza racial y concluye con un debate sobre la amenaza percibida del nacionalismo cristiano, que algunos lectores encontraron menos atractivo.
Ventajas:⬤ Bien documentado y equilibrado
⬤ firme defensa de los derechos individuales
⬤ análisis en profundidad del racismo sistémico
⬤ critica incisivamente la política de identidad y la exigencia de equidad
⬤ estilo de escritura atractivo.
El capítulo sobre el nacionalismo cristiano puede considerarse el menos interesante; algunos argumentos pueden no parecer nuevos a ciertos lectores.
(basado en 2 opiniones de lectores)
Against the New Politics of Identity: How the Left's Dogmas on Race and Equity Harm Liberal Democracy--And Invigorate Christian Nationalism
En gran parte de Occidente se está produciendo una transformación cultural de gran alcance que amenaza los fundamentos mismos de la democracia. Ya no se juzga a las personas por sus actos, acciones y comportamiento, sino por su raza, etnia y orientación sexual. Impulsada en gran medida por la izquierda política, esta transformación ha conducido a la división generalizada de los individuos en clases oprimidas y opresoras. Mientras que antes la izquierda se organizaba en torno a principios liberales para garantizar que todos los grupos tuvieran el mismo sitio en la mesa proverbial, hoy gran parte de la izquierda exige no sólo que los categorizados como oprimidos tengan prioridad para sentarse a la mesa, sino también que los categorizados como opresores queden excluidos de la mesa por completo. Los organismos gubernamentales, las empresas, las universidades y los principales medios de comunicación se someten regularmente a estas órdenes antiliberales y favorecen explícitamente a determinados grupos de identidad frente a otros en nombre de la "alianzas", el "antirracismo" o la "equidad". Como sostiene el filósofo Ronald A. Lindsay en Contra la nueva política de la identidad, este cambio cultural radical por el que todas las políticas y prácticas deben verse a través de la lente de la identidad se basa en tres dogmas: quienes supuestamente están oprimidos o marginados tienen una visión especial basada en su "experiencia vivida".
El racismo está arraigado en todas las leyes, reglamentos, políticas e instituciones occidentales.
Y la equidad, entendida como la eliminación de todas las disparidades entre grupos en todos los ámbitos de la vida, debe primar sobre cualquier otro criterio, como el mérito, los logros y las necesidades individuales. Lindsay demuestra que estos principios se basan en una serie de falacias y advierte de que el impulso de la política de identidad por parte de la izquierda suscita previsiblemente una reacción paralela por parte de la derecha, incluida su propia versión de política de identidad en forma de nacionalismo cristiano. Como deja claro, la relación simbiótica que se ha formado entre estos dos polos políticos corre el riesgo de producir amenazas aún más profundas para los valores de la Ilustración y la democracia occidental. Si queremos preservar una democracia liberal en la que se respeten los derechos de los individuos, concluye, hay que cuestionar y refutar los dogmas de la política de la identidad. Contra la nueva política de la identidad ofrece una vía de principios para hacerlo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)