Adolphe Orain era de Bain-de-Bretagne, Paul Sbillot de Matignon.
Ambos recorrieron a pie la región de Chartres y Bruz, Orain en busca de historias y Sbillot en busca de paisajes que pudiera pintar. Ambos escucharon a los lugareños: campesinos, vendedores de periódicos, posaderos y sastres.
Recogían de sus bocas las historias de risa y miedo que contaban en las vísperas. Cada uno de ellos era un buen conocedor de la lengua gallo, cuyo espíritu saboreaban al máximo, y cada uno de ellos produjo colecciones de cuentos sin las cuales sería difícil hoy recordar la cara fantástica y divertida de la Alta Bretaña de antaño. En aquella época no existía el ferrocarril.
Se viajaba en carreta, carruaje, diligencia o silla de posta, aún se utilizaba el telégrafo... y los lobos aún rondaban los bosques.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)