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Conflict on the Michigan Frontier: Yankee and Borderland Cultures, 1815-1840
A principios del siglo XIX, los pioneros que llegaron de Nueva Inglaterra al Territorio del Noroeste se imaginaban a sí mismos domesticando la naturaleza salvaje. A medida que talaban los bosques para sus cultivos y ganado, estos colonos también intentaban transformar el paisaje social para cultivar sus propios valores morales, creencias políticas e instituciones culturales. Utilizando Michigan como caso de estudio, James Schwartz explica cómo los colonos emplearon tanto tácticas legales como la persuasión moral para imponer su visión de una sociedad civilizada.
Los yanquis no sólo estaban preocupados por la barbarie de los nativos americanos de Michigan, sino también por el salvajismo de los habitantes blancos del territorio, que violaban las normas de la sociedad civil. Los dirigentes de Michigan intentaron eliminar esta amenaza compuesta estableciendo dos tipos de fronteras: barreras legales formales y restricciones informales. La combinación de estos elementos de la cultura cívica permitió a los colonos promulgar leyes al tiempo que hacían hincapié en las familias, las escuelas, los grupos comunitarios y la cultura impresa para restablecer las normas sociales en un nuevo entorno. La legislatura elegida aprobó leyes contra el vicio para controlar a los borrachos y a los jugadores, al tiempo que debatía formas de frenar a los especuladores sin escrúpulos y a los banqueros avariciosos. Mientras tanto, los cruzados abogaban por la instrucción religiosa y la educación para civilizar a la juventud del estado.
Conflicto en la frontera de Michigan aborda uno de los debates más antiguos de la historia de Estados Unidos: si los occidentales crearon nuevas culturas o simplemente trasplantaron aquellas en las que se habían criado. Schwartz concluye que, mientras que los esfuerzos por transformar el paisaje físico y social del Territorio del Noroeste tuvieron éxito en general, los colonos de Michigan mezclaron Nueva Inglaterra y la frontera, estableciendo un paisaje que se parecía, pero no era idéntico, al del Este. A pesar de centrarse en Michigan, el estudio de Schwartz arroja nueva luz sobre cómo los colonos transplantaron la cultura oriental no sólo al Medio Oeste, sino a toda la frontera americana.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)