Puntuación:
El libro sobre el conductismo presenta una mezcla de admiración por las ideas fundacionales de Watson y críticas a sus opiniones especialmente controvertidas sobre la crianza de los niños y la psicología. Aunque muchas reseñas elogian la claridad y originalidad de los conceptos, también hay importantes preocupaciones sobre las implicaciones éticas de las teorías de Watson.
Ventajas:⬤ Bien escrito y de fácil comprensión
⬤ introduce ideas revolucionarias sobre el conductismo
⬤ proporciona valiosos conocimientos sobre el comportamiento y el desarrollo humanos
⬤ considerado como una importante contribución a la psicología moderna.
⬤ Puntos de vista anticuados sobre la crianza de los niños equiparada con el abuso
⬤ algunos lectores encontraron difícil de leer
⬤ legado controvertido con respecto a la ética en las prácticas psicológicas.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Behaviorism
Watson fue el padre del conductismo. Sus conferencias sobre el tema, hoy tan veneradas, definieron el conductismo como una ciencia natural que toma como propio todo el campo del ajuste humano. El objetivo de la psicología conductista es predecir y controlar la actividad humana. El campo tiene como objetivo poder, dado el estímulo, predecir la respuesta, o viendo la reacción, conocer el estímulo que la produjo. Watson sostenía que la psicología es tan buena como sus observaciones: lo que el organismo hace o dice en el entorno general.
Watson identificó las "leyes" del aprendizaje, incluidas la frecuencia y la recencia. Kimble deja perfectamente claro que el conductismo de Watson, aunque profundamente deudor de Ivan Pavlov, fue más allá del maestro ruso en su tratamiento de la cognición, el lenguaje y la emoción. Queda claro que el conductismo es cualquier cosa menos la caricatura reduccionista que a menudo se presenta en la literatura crítica. Sólo por eso, la obra merece una amplia lectura.
El conductismo, como era típico de la psicología de la época, ofrecía una amplia gama de aplicaciones, todas las cuales puede decirse que se situaban en el lado ilustrado del balance. En una época de mensajes contradictorios, Watson argumentaba en contra de los malos tratos y el abuso infantil, a favor de patrones de técnicas ilustradas de gestión de fábricas, y a favor de curar a los enfermos y aislar al pequeño grupo de criminales no sujetos a corrección. Y anticipándose a Thomas Szasz, argumentó en contra de una doctrina de enfermedades estrictamente mentales, y a favor de un examen minucioso de las enfermedades y alteraciones del comportamiento. La brillante introducción de Kimble a Watson termina con un desafío al subjetivismo para aportar pruebas de que el conductismo de Watson no puede explicar las acciones humanas sin nociones introspectivas de la mente. Este auténtico clásico de las ciencias sociales de nuestro siglo sigue siendo relevante no sólo para la investigación psicológica, sino también para los estudios de filosofía de la ciencia y sociología del conocimiento.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)