Puntuación:
Las reseñas reflejan un profundo aprecio por el relato autobiográfico de Louis Zamperini en «Con el diablo en los talones», que destaca su extraordinaria resistencia, su capacidad de supervivencia y su camino hacia el perdón y la fe. Los lectores encontraron atractiva la perspectiva personal, que ofrece una visión de su vida diferente de la de Laura Hillenbrand en «Unbroken». Sin embargo, algunos consideraron que algunos elementos de la historia parecían exagerados o egocéntricos.
Ventajas:⬤ Inspirador relato personal de resistencia y supervivencia en circunstancias extremas.
⬤ Atractiva narración que ofrece una perspectiva de primera mano de la vida de Zamperini.
⬤ Destaca temas importantes como el valor, la fe y el perdón.
⬤ Está bien escrito y es fácil de leer, por lo que es difícil de dejar.
⬤ Arroja luz sobre aspectos menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en el Teatro del Pacífico.
⬤ Algunos lectores opinan que ciertos acontecimientos pueden estar exagerados o dramatizados en exceso.
⬤ Se mencionan pocos detalles sobre figuras significativas en la vida de Zamperini, lo que lleva a una narración algo egocéntrica.
⬤ El estilo de escritura puede parecer un sermón en algunas partes, sobre todo hacia el final.
⬤ El lenguaje complejo o las referencias culturales pueden resultar confusos para algunos lectores, lo que requiere una investigación adicional para conocer el contexto.
(basado en 733 opiniones de lectores)
Devil at My Heels
Las «inspiradoras» y «extraordinarias» memorias de uno de los más valientes de la gran generación, Louis Zamperini: Atleta olímpico, prisionero de guerra japonés y superviviente.
Delincuente juvenil, corredor de la NCAA, olímpico en 1936, bombardero en la Segunda Guerra Mundial: Louis Zamperini tuvo una vida más plena que la mayoría, cuando cambió en un instante. El 27 de mayo de 1943, su B-24 se estrelló en el océano Pacífico. Louis y otros dos supervivientes encontraron una balsa entre los restos en llamas y esperaron a ser rescatados. En lugar de ello, navegaron a la deriva tres mil kilómetros durante cuarenta y siete días. Su única comida: dos hígados de tiburón y tres albatros crudos. Su única agua: lluvias esporádicas. Sus únicos compañeros: la esperanza y la fe, y los siempre presentes tiburones. Al cuadragésimo séptimo día, a punto de morir, Zamperini y el piloto Russell Phillips divisaron tierra y fueron capturados por los japoneses. Así comenzaron más de dos años de tortura y humillación como prisioneros de guerra.
Zamperini fue amenazado con la decapitación, sometido a experimentos médicos, golpeado sistemáticamente, escondido en un centro secreto de interrogatorios, privado de alimentos y obligado a realizar trabajos forzados, y fue víctima constante de un brutal guardia de la prisión apodado el Pájaro, un hombre tan despiadado que los demás guardias le temían y le llamaban psicópata. Mientras tanto, el Cuerpo Aéreo del Ejército declara muerto a Zamperini y el Presidente Roosevelt envía el pésame oficial a su familia, que nunca perdió la esperanza de que estuviera vivo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)