Compartir el plástico

Título original:

Sharing Plastic

Contenido del libro:

Por el miedo en su cara, no creo que conozca la realidad", escribe Blake Nemec en su desarmantemente original libro Sharing Plastic. Y lo que es real aquí son las "bromas" de las trabajadoras del sexo y la hostelería que, en espectaculares destellos, revelan sus intimidades entre bastidores y las interminables negociaciones necesarias para cobrar, mantenerse con vida y evitar ser detenidas. Con el espectro de la violencia siempre al margen de su fanfarronería e ingenio, las escuchamos mientras arreglan sus "cuerpos de trabajo" en látex, o montan almohadas en las camas (porque "las almohadas son mi sueldo"), mientras discuten cómo "organizar las citas" durante una gira de cata de vinos, o instan a una compañera de trabajo preocupada por un John que se parece a Brad Pitt a que "haga como si fuera Judith Butler". Inteligente y divertido, el primer libro de poesía de Nemec nos muestra que 'hablar es una cuerda', que las voces individuales encuentran su fuerza trenzadas en un propósito común. Os animo a escucharlo"--Rosa Alcal.

"Al leer un libro de Blake Nemec te das cuenta de lo que la gente debió de sentir después de uno o dos meses en la Silver Factory de Warhol: simultáneamente, el bombardeo multimedia, el rodaje de una docena de películas diferentes a tu alrededor, las almohadas de mylar plateado flotando en el aire, las flores serigrafiadas y el zumbido estremecedor de estar en el lugar más excitante de la tierra. Desconcertante, pero definitivamente emocionante. la obra de nemec está llena de historias y diálogos, pero también de pasajes analíticos que combinan la bioenergía en bruto con el ingenio de Noel Coward. Y tan sexy "Sus torsos/ / pasaban por delante de las imágenes/ del otro, pero se inclinaban hacia sus bocas labios fuera....". Este revoltijo roto de exquisito polvo de diamante, este altar de alma y deseo, dará a Dios una nueva cara". - Kevin Killian.

"En Sharing Plastic, blake nemec abre nuestros corazones a quienes realizan el trabajo duro y marginal del mundo, poniendo sus "manos alquiladas" y otras partes del cuerpo al servicio de nosotros, ya sea como trabajadores domésticos, trabajadores del sexo u otros que viven en el filo de la navaja del riesgo. "Nuestros labios/no se sellarán con el servicio/las tasas y los arrestos/las amenazas no cortarán nuestro eco", declara nemec en nombre de su pueblo. Estos poemas son tan generosos y expansivos en su plasticidad como las resistentes voces que los animan. Y los elementos visuales de estas páginas -vibrantes imágenes de cuerpos, formas y documentos alterados- se entrecruzan sin cesar con el texto de nemec para contrapuntear y complicar la visión empática del libro. Compartir el plástico es un libro resonante y expresivo, con garra y gracia". --David Groff, autor de Clay.

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Sharing Plastic es un efusivo homenaje a cada trabajador que ha temido ser detenido. Es una confrontación a una visión sin discernimiento de la migración y la blancura. A veces juguetona y otras severa, esta colección híbrida de poesía y ficción trabaja para alargar las intimidades sonoras entre trabajadores desprotegidos, serpenteando tales diálogos o escenarios unos junto a otros como una fuerza resonante.

A diferencia de la literatura que encuentra una tensión poética entre los trabajadores del comercio informal y sus jefes, o de los poemas que pintan de lejos un escenario de trabajadores marginados como dramático, estos episodios se centran en los cariñosos o volátiles intercambios entre trabajadores.

Los personajes y las voces de estas viñetas transitan cinematográficamente entre El Paso, San Francisco, Oakland y Chicago. En una época política en la que la gente se pone en guardia cada vez que enciende las noticias, Sharing Plastic,junto a otras voces que sólo conocen el flujo, sugiere honrar a quienes saben desde hace tiempo cómo navegar por lo temporal.