Cómo los judíos se convirtieron en blancos y qué dice eso sobre la raza en Estados Unidos

Título original:

How Jews Became White Folks and What That Says About Race in America

Contenido del libro:

Las identidades de la moda en el contexto de una conversación más amplia sobre la nacionalidad estadounidense, a quién pertenece y qué significa pertenecer. Raza y etnia, clase, género y sexualidad son ingredientes básicos en esta conversación. Son aspectos destacados del ser social a partir de los cuales las prácticas económicas, las políticas y los discursos populares crean a los "estadounidenses". Dado que todas estas facetas del ser social tienen un significado tan importante a escala nacional, también tienen consecuencias importantes tanto para los individuos como para los grupos en términos de su éxito y bienestar, así como de la forma en que se perciben a sí mismos social y políticamente.

La historia de los judíos en Estados Unidos es una historia de cambios raciales que proporciona información útil sobre la raza en Estados Unidos. Las clasificaciones predominantes a veces han asignado a los judíos a la raza blanca y otras veces les han creado una designación racial no blanca. Estos cambios en la asignación racial han determinado la forma en que los judíos estadounidenses de distintas épocas han construido sus identidades etnorraciales. Brodkin ilustra estos cambios mediante un análisis de la experiencia multigeneracional de su propia familia. Muestra cómo los judíos experimentan una especie de doble visión derivada de la medianía racial: por un lado, la marginalidad con respecto a la blancura.

Por otra, la blancura y la pertenencia con respecto a la negritud.

La clase y el género son elementos clave de la creación de la raza en la historia de Estados Unidos. Brodkin sugiere que la asignación racial de individuos y grupos en este país constituye un sistema institucionalizado de segregación ocupacional y residencial, es un elemento clave de una política pública equivocada y sirve como un pernicioso principio fundacional en la construcción de la nación. Las alternativas disponibles para los "otros" no blancos y extranjeros han sido blanquearse o ser relegados a una clase inferior indigna de la plena ciudadanía. El mapa etnorracial estadounidense -a quién se asigna cada uno de estos polos- cambia continuamente, aunque no así el binario de blanco y negro. Como resultado, la estructura en la que los estadounidenses forman sus identidades etnorraciales, de género y de clase es angustiosamente estable. Brodkin cuestiona los medios por los que los estadounidenses construyen sus identidades políticas y lo que se necesita para debilitar el control de este mito gobernante.