En la historia de los movimientos revolucionarios, la lucha por el capital es siempre un capítulo especial. La capital es un valor en sí misma. Representa el centro de todas las fuerzas políticas, económicas y culturales del país. Desde este centro, su influencia llega a las provincias, y no hay ciudad o pueblo que se le escape.
Berlín es única en Alemania. Como cualquier otra ciudad, su población no está formada por una masa uniforme, encerrada en sí misma y homogénea. Los berlineses son el producto de una herencia berlinesa de toda la vida, complementada con aportaciones de todas las provincias, regiones y grupos sociales, profesionales y religiosos.
Es cierto que Berlín no es, como París lo es para Francia, un factor importante e innovador para el conjunto de Alemania. Pero es imposible concebir Alemania sin Berlín.
El movimiento nacionalsocialista no nació en Berlín. Se originó en Múnich. Desde allí se extendió, primero a Baviera, luego al sur de Alemania, y sólo más tarde, tras las primeras etapas de su desarrollo, se extendió también al norte de Alemania y, por tanto, a Berlín.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)