Ciudadanos de la Luz

Título original:

Citizens of Light

Contenido del libro:

Preseleccionado para los Premios de Escritores de Crimen de Canadá

"Sam Shelstad tiene una mente divertida, viva, cautivadora y peculiar: encantadora y sorprendente." --Sheila Heti, autora superventas de Maternidad y Puro color.

Esta novela de debut ambientada en el sur de Ontario capta la vida en los locutorios, las descoloridas atracciones turísticas y los suburbios con ingenio y agudo realismo.

Colleen Weagle trabaja en un locutorio y vive en un bungalow con su madre en un tranquilo suburbio de Toronto. En su tiempo libre escribe guiones para una serie de la CBC (la favorita de su madre) y juega a un juego en línea ambientado en un complejo turístico poblado por renos. Es una vida típica. Salvo que hace tres meses Leonard, el marido de Colleen, que llevaba una vida igual de monótona, fue encontrado en un pantano en mitad de la noche, a dos horas en coche de casa. Muerto.

Con una creencia rotundamente optimista en el poder de la rutina, Colleen ha seguido adelante, intentando no pensar demasiado en todas las incógnitas que rodean la muerte. Pero cuando una foto de las noticias locales hace que Colleen recuerde a un misterioso asistente al funeral de Leonard, entra en acción.

En la enloquecedora compañía de su intratable compañera de trabajo Patti, se dirige a las cataratas del Niágara en busca de la verdad que se esconde tras la muerte. Entre las máquinas tragaperras y los hoteles de mala muerte, la pareja se adentra en el oscuro submundo de una desvaída trampa para turistas. Lo que encuentran les llevará directamente a un episodio de la adolescencia de Colleen que creía haber dejado atrás.

La primera novela de Shelstad es un anti-thriller negro que recuerda a Twin Peaks y a la obra de Ottessa Moshfegh y la primera Kate Atkinson. Capta la vida en los locutorios, las destartaladas atracciones turísticas y los suburbios con ingenio y agudo realismo, y revela las corrientes subterráneas de melancolía y lo verdaderamente extraño que pueden correr por debajo incluso de las vidas aparentemente más apacibles.