Cita a ciegas

Título original:

Blind Date

Contenido del libro:

"CITA CIEGA", el juguetón y divertido juego geopolítico de Rogelio Martínez... bien podría describirse como una "Ron-com". Ron, como Ronald Reagan, el actor, gobernador de California y 40º Presidente de Estados Unidos, cuya política militar y exterior, según algunos, contribuyó a poner fin a la Guerra Fría (al menos temporalmente).

Sea cual sea la valoración histórica a largo plazo de todo ello, no cabe duda de que uno de los acontecimientos más notables de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética a finales del siglo XX se produjo durante dos días de noviembre de 1985: Reagan (que parecía haberse recuperado de un intento de asesinato en 1981, pero que, como siempre, se mostraba algo indescifrable) se reunió por primera vez en una cumbre en Ginebra, Suiza, con Mijaíl Gorbachov, que acababa de ser elegido Secretario General de la Unión Soviética, y que no estaba nada seguro de su cargo.

Como en todas las citas a ciegas, la "pareja"... llega en un estado tanto de aprensión como de esperanza. Y su encuentro real ("veraz" como podría o no ser aquí, y sin la presencia de traductores que siempre son elementos esenciales en la sala) está marcado por todo el humor nervioso, los malentendidos, el juego y la torpeza de tales encuentros.

Los dos hombres llegan también con sus respectivas esposas... También asisten los asesores más importantes: George Shultz, Secretario de Estado estadounidense, y el sofisticado Eduard Shevardnadze, Ministro de Asuntos Exteriores soviético, cuyo almuerzo introductorio revela astutamente muchas cosas sobre ambos hombres.

Al margen de todo ello se encuentra Edmund Morris, el historiador británico-estadounidense cuya esperada biografía de Reagan acabó convirtiéndose en lo que él describió como "una obra de no ficción de un autor imaginario", en gran parte como resultado de la impenetrabilidad de Reagan.

Y lo que es más importante, dado el momento en el que el público está viendo BLIND DATE, la obra tiene una cualidad totalmente "meta", con el decoro y la interacción diplomática del acontecimiento histórico libres del contagio de las redes sociales del momento, y con el cuerpo de prensa muy propio de una época pasada. De hecho, si usted tiende a la nostalgia, también podría deleitarse con la forma ingeniosa y desenfadada en que Larry Speakes, el Secretario de Prensa en funciones de Reagan, criado en Mississippi, lleva a cabo su trabajo. Pero, sobre todo, hay una sensación de pacificación constructiva y de construcción de futuro (aunque lejos de la ingenua "confianza") que podría mantener a raya la destrucción nuclear mutuamente asegurada.

Sin duda, BLIND DATE... no es un documental. Pero el cubano Martínez, que ya se ha ocupado de la Guerra Fría en otras obras, capta tanto las personalidades como los temas en juego, incluida la "Iniciativa de Defensa Estratégica" de la administración Reagan, que levantó las ampollas de la Unión Soviética, una nación que ya sufría las consecuencias de su guerra en Afganistán, una economía en crisis y el liderazgo no probado de Gorbachov.

Dos personalidades tan diferentes como "Ron" y "Misha" no podrían haber coincidido en una misma habitación. Y, sin embargo, por las razones que fueran (un deseo mutuo de un enfoque sensato de las grandes diferencias), consiguieron encontrar un terreno común. Y ahora, visto con el poder de la retrospectiva, una especie de melancolía se superpone a los aspectos farsescos de la obra simplemente porque sabemos que el breve mandato de Gorbachov condujo en última instancia a la llegada de Vladimir Putin, que el legado de Reagan se vio salpicado por un diagnóstico de Alzheimer y que la guerra nuclear ya no es cosa de sólo dos bandos...".

Hedy Weiss, Chicago Sun-Times.