Mud Blue Sky
"Excesivamente divertido... conmovedor y observado de cerca... Estos auxiliares de vuelo de Saint Louis son en gran medida producto de la nueva realidad de las aerolíneas... Son veteranos de unos 50 años que esperan mantenerse sanos y evitar la última ronda de despidos con sus paquetes de jubilación anticipada que se vuelven más deleznables con cada oferta. Se alojan en un motel de mala muerte, de esos en los que el cable no puede ser más básico, no quieres tocar el mando a distancia con las manos desnudas y tienes que bajar al mostrador a por las almohadas. Y los viajes no les parecen ni remotamente glamurosos, no cuando hay un niño solo en casa y un funcionario de la T S A demasiado solícito en cada aeropuerto. Son mujeres que se enfrentan a la rutina diaria a través de los centros neurálgicos de la vida; hay temas en esta obra con los que cualquier guerrera de la carretera, del tipo platino no ejecutivo, se sentirá identificada. Lo que no quiere decir que no se diviertan un poco... Si quieres ponerte meta (¿y por qué no?), podrías decir que Wegrzyn está tomando la idea de la azafata en una escala, durante mucho tiempo un elemento básico de la farsa de dormitorio, y lanzándola a un tipo totalmente diferente de hotel con un amante potencial totalmente diferente, y apenas legal, y compañero de aventuras. Este tema confiere a esta obra de 90 minutos, felizmente imprevisible, una verdadera pátina de tristeza, una sensación de cómo una profesión antaño glamurosa ha quedado reducida a lo cotidiano por el cambio de costumbres y los recortes presupuestarios de las empresas... no hay espectáculo más divertido en Chicago".
Chris Jones, The Chicago Tribune.
"Hubo un tiempo en que viajar en avión se consideraba glamuroso, pero también hubo un tiempo en que los aficionados al béisbol iban con traje y sombrero al Wrigley Field (el pasado es realmente un país extranjero). Las tres veteranas azafatas que protagonizan MUD BLUE SKY, de Marisa Wegrzyn... se parecen muy poco a las azafatas de Pan Am de antaño, con sus uniformes a la moda y su aire juvenil de libertad y aventura. Los personajes de Wegrzyn son gruñones de clase media-baja a merced de aerolíneas con problemas de liquidez y pasajeros maleducados que dejan un desorden incalificable en el baño. Mientras que en otros tiempos el trabajo ofrecía nuevas oportunidades a las mujeres -siempre que encajaran en un determinado molde-, el trío de esta obra parece convencido de que no va a ninguna parte... Wegrzyn mezcla hábilmente la comedia y la desesperación cuando los personajes intentan soltarse -hay hierba, porno y coñac de por medio- y olvidar que cada uno de ellos se enfrenta a un futuro incierto, poco estimulante o ambas cosas... La obra es un argumento divertido e indulgente a favor de establecer vínculos humanos, por breves o tenues que sean".
Zac Thompson, Chicago Reader.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)