Chocolate y vicodina: Mi búsqueda de alivio para el dolor de cabeza que no desaparecía

Opiniones de los lectores

El libro de Jennette Fulda ofrece una visión honesta y humorística de su experiencia con los dolores de cabeza crónicos. Aunque ha calado en muchos lectores que comparten luchas similares, algunos lo encuentran repetitivo y carente de profundidad emocional.

El libro ha sido elogiado por su humor y honestidad, y ofrece una narración cercana para quienes se enfrentan al dolor crónico. Los lectores aprecian el estilo de escritura de Fulda, su capacidad para captar las frustraciones de vivir con dolores de cabeza crónicos y sus ideas sobre cómo desenvolverse en el sistema sanitario. A muchos les inspiró y les ayudó a comprender el impacto del dolor crónico.

Los críticos señalaron que el libro puede resultar tedioso y repetitivo en ocasiones. Algunos lectores consideraron que el tono de Fulda era excesivamente cínico o desagradable, lo que le restó interés. Unos pocos mencionaron que carecía de una fuerte conexión emocional y que a veces resultaba irritante debido a intentos de humor que no daban en el blanco.

(basado en 61 opiniones de lectores)

Título original:

Chocolate & Vicodin: My Quest for Relief from the Headache That Wouldn't Go Away

Contenido del libro:

Las memorias humorísticas y conmovedoras de una mujer que lleva más de dos años buscando alivio para un dolor de cabeza.

Jennette Fulda disfrutaba del éxito de su primer libro, Half-Assed: A Weight-Loss Memoir, hasta que un fatídico día de febrero de 2008 empezó a dolerle la cabeza, y nunca se le quitó. Así que lo afrontó de la mejor manera que sabía: escribiendo sobre ello. Y comiendo mucho chocolate.

En Chocolate and Vicodin, Jennette explora su cambio de identidad, de "la chica que perdió cientos de kilos" a "la chica que vive con un dolor constante", y todo lo que ha tenido que soportar para intentar que el dolor cese: desde un montón de pruebas caras y largas, que le han enseñado cosas interesantes (por ejemplo, que una resonancia magnética cuesta más que unas vacaciones en Europa, y no dura tanto), hasta toneladas de medicamentos recetados por sus médicos, pasando por consejos divertidísimos y a veces descabellados que ha recibido de los lectores de su blog. Aunque nada ha conseguido aliviarla, ha adquirido una nueva perspectiva. En lugar de obsesionarse con la "diadema invisible de clavos" que podría llevar el resto de su vida, ha aprendido a vivir con el dolor, compartiendo con los lectores no sólo cómo se las ha arreglado para salir adelante, sino para reír -y prosperar- a pesar de ello.