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El libro explora la Crisis de los Misiles de Cuba, analizándola como una respuesta de la Unión Soviética y Cuba a la invasión de Bahía de Cochinos. Ofrece una narración polifacética que incluye diversas perspectivas, pero que puede resultar difícil para quienes no tengan conocimientos previos del tema. Está dotado de elementos visuales históricos y es especialmente recomendable para los estudiosos de la Guerra Fría.
Ventajas:Exploración en profundidad de la Crisis de los Misiles de Cuba, ofrece múltiples perspectivas y puntos de vista, incluye ricos visuales históricos como fotografías y mapas, valiosos para los estudiantes de la Guerra Fría.
Desventajas:La estructura narrativa puede resultar difícil para los lectores que carezcan de conocimientos previos sobre la Crisis de los Misiles de Cuba.
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Pigs, Missiles and the CIA: Volume 2 - Kennedy, Khrushchev, Castro and the Cuban Missile Crisis 1962
La invasión de Bahía de Cochinos en abril de 1961, ejecutada por patriotas cubanos para derrocar al líder de Cuba, Fidel Castro, terminó en un fracaso catastrófico. Los líderes en Washington y los exiliados cubanos en Florida esperaban que el resultado instalara un gobierno democrático, pero Castro siguió al mando.
El señalamiento de culpables entre el Grupo de Trabajo sobre Cuba en Washington, DC, tuvo como consecuencia el despido de muchos de ellos de sus puestos en el gobierno. La olla seguía hirviendo y el descubrimiento de misiles soviéticos por aviones espía U-2 confirmó el peor temor de Washington: otro enfrentamiento con la Unión Soviética. En aquella época no existían teléfonos entre Washington y Moscú, ni comunicaciones en tiempo real, ni ordenadores para identificar con precisión la ubicación de los buques submarinos.
John F.
Kennedy, el Presidente de EE.UU. de 43 años, y su administración no tenían experiencia en tratar o negociar una crisis con armas nucleares.
Sin embargo, comprendían cuáles podían ser los resultados para Estados Unidos e incluso para el mundo. El primer ministro soviético Nikita Khrushchev amenazó con proteger a Cuba del ataque de los imperialistas estadounidenses. La imagen pública de Kennedy mostraba una actitud de partidario avezado de la Guerra Fría, cuando en realidad confiaba menos en las soluciones militares.
Con todos los organismos militares estadounidenses en alerta máxima, la opinión pública temió una escalada de la crisis inminente y los ciudadanos comenzaron los preparativos para un ataque. El 4080º Ala de Reconocimiento Estratégico del Mando Aéreo Estratégico asignó a los mejores de sus pilotos de U-2 a peligrosas misiones sobre Cuba para confirmar misiles nucleares entregados allí por una flotilla de barcos soviéticos. Un piloto de U-2 murió cuando su avión sufrió un impacto a 70.000 pies de altitud.
Las fotografías aéreas de cada vuelo del U-2 iban directamente a Washington DC para su interpretación y posteriormente a la Casa Blanca. En otra zona del mundo, las tensiones alcanzaron su punto álgido cuando tanques estadounidenses y soviéticos se enfrentaron en el Muro de Berlín.
Las comunicaciones entre Kennedy y Khrushchev, enviadas a través de sus embajadores, lograron el resultado deseado cuando cada bando retiró sus tanques. Al final, Khrushchev hizo demandas no relacionadas con la crisis actual y Kennedy accedió a regañadientes a cumplirlas para proteger a EEUU y al mundo de un desastre nuclear. Los detalles exactos de la resolución no se filtraron a la prensa hasta después de que ambas partes declararan concluida la crisis.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)