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Cantando la tierra: A Rural Chronology de Chila Woychik es una exploración reflexiva y lírica de la vida rural, que capta la naturaleza cíclica de la tierra y las experiencias personales entrelazadas con ella. El libro combina elementos de belleza, penuria y profundas conexiones con la naturaleza, y atrae a los lectores a través de su prosa evocadora y sus reflexivas ideas.
Ventajas:El libro presenta una prosa bella y lírica que adentra al lector en las experiencias y reflexiones del autor sobre la vida rural. Tiene una calidad rica y terrenal, que celebra las complejidades de la naturaleza y la experiencia humana. Muchos críticos apreciaron la profundidad de sus reflexiones, la íntima conexión con la tierra y la capacidad del libro para despertar la nostalgia y la reflexión. También ha sido elogiado por su estructura, en la que las secciones mensuales se corresponden con el cambio de las estaciones, y por estimular debates reflexivos sobre los ciclos de la vida.
Desventajas:Para algunos lectores, la complejidad de la prosa y su vocabulario poco habitual pueden suponer un reto, lo que sugiere la necesidad de un diccionario. Algunas reseñas indican que los lectores podrían no conectar con la narración de la vida cotidiana o el entorno rural específico a menos que tengan una conexión personal con tales experiencias.
(basado en 13 opiniones de lectores)
Singing the Land: A Rural Chronology
En el prólogo de Singing the Land, la autora Stephanie E. Dickinson escribe: «He estado esperando a que alguien diera vida a Iowa, el granero de tierra negra de mi juventud y la cornucopia de monocultivos de mi madurez....
Chila Woychik ha escrito ese libro». En parte memorias, en parte diario de viaje, en parte ensayo lírico, Singing the Land registra la vida en una granja familiar de Iowa a lo largo de un año. Leemos sobre el interminable ciclo de acontecimientos que sirve de letra a su canción de amor y respeto por la tierra: tormentas de nieve y vendavales, pumas y coyotes, inundaciones repentinas que destruyen cosechas y vidas, patitos y terneros recién nacidos, herbicidas y pesticidas que dañan los nutrientes vitales del suelo.
Woychik vuelve una y otra vez a los temas del sacrificio, la pérdida, el amor, la lucha y, sobre todo, el tiempo. «El tiempo es un niño de paz con margaritas.
Un comodín con una carta en la manga. El tiempo es un reloj de pulsera ensartado en el brazo del destino.
El tiempo vuela, se sumerge y muere».
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)