Caballos, caballos, al final la luz sigue siendo pura: Una historia que comienza con Fukushima

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Título original:

Horses, Horses, in the End the Light Remains Pure: A Tale That Begins with Fukushima

Contenido del libro:

«Cuando pasamos del centro de la ciudad a los suburbios de Fukushima, inspeccioné el paisaje en busca de mascarillas quirúrgicas. Quería ver en qué proporción la gente llevaba esas máscaras.

Intentaba determinar, consciente e inconscientemente, qué hace la gente en respuesta. Así, entre la gente que caminaba por la calzada y la que iba en moto, no vi a nadie con mascarilla. Incluso entre los guardias de cruce oficiales ataviados con banderas y pancartas amarillas, ninguno.

Todos se mostraban brillantes y tranquilos.

¿Qué esperaba exactamente? Otra vez la mala conciencia. Pero entonces llegó la hora de empezar las clases.

Empezamos a ver grupos de niños de camino al colegio. Llevaban máscaras». Caballos, caballos, al final la luz sigue siendo pura es una respuesta literaria polifacética al terremoto, el tsunami y la fusión nuclear que devastaron el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011.

La novela está narrada por Hideo Furukawa, que viaja a la casa de su infancia cerca de Fukushima después del 11 de marzo para reencontrarse con un lugar que ahora le es doblemente ajeno. Sus reflexiones evocan el rico pasado de la región, en particular su historia milenaria de caballos, humanos y la lucha contra un terreno escarpado. A la luz de la mañana, estos caballos también cuentan sus historias, intensificando la sensación de liberación, caos y pérdida que acompaña a los ricos recuerdos de Furukawa.

Fusión de ficción, historia y memorias, este libro juega con la forma y el sentimiento de un modo que recuerda a Habla, memoria, de Vladimir Nabokov, y a Los anillos de Saturno, de W. G.

Sebald, aunque traza su propio e inolvidable retrato de la dislocación personal y cultural.