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Gentleman Revolutionary: Gouverneur Morris, the Rake Who Wrote the Constitution
Desde 1996, Richard Brookhiser se ha dedicado a recuperar la Fundación para los estadounidenses modernos. Los creadores de nuestra democracia tenían tanto las tentaciones como los defectos de todos los hombres, combinados con el talento y el idealismo de los verdaderamente grandes. Entre ellos, ningún Padre Fundador demuestra la combinación de tentaciones y talentos de forma tan vívida como el menos conocido de los grandes, Gouverneur Morris.
Su historia debería ser conocida por todos los estadounidenses: después de todo, él redactó la Constitución y su mano está detrás de muchas de sus frases más importantes. Sin embargo, se ha perdido en las sombras de los Fundadores que se convirtieron en presidentes y rostros de nuestra moneda. Como muestra Brookhiser en esta brillante narración, la historia de Morris no sólo es crucial para la Fundación, sino también una de las más entretenidas e instructivas de todas. Gouverneur Morris, más que Washington, Jefferson o incluso Franklin, es el Padre Fundador cuya historia puede llegar más fácilmente a nuestros corazones, y cuyo carácter es más necesario hoy en día.
Era un mujeriego ingenioso y con piernas de palo. Testigo presencial de dos revoluciones (la estadounidense y la francesa), bromeó con George Washington, compartió amante con Talleyrand y perdió amigos en la guillotina. En su tiempo libre dio a la ciudad de Nueva York su trazado urbano y al Estado de Nueva York el Canal de Erie. Su mente aguda y su tacto ligero y seguro contribuyeron a hacer de nuestra Constitución el conjunto de leyes fundamentales más duradero del mundo. En su vida privada, le iba bien.
Complació a las damas hasta que, a los cincuenta y siete años, se estableció con una dama (y la complació)
Y vivió la vida de un caballero, para quien la gracia y la humanidad eran tan importantes como el nacimiento. Mantuvo su buen humor a través de la guerra, las turbas, los incendios provocados, la muerte y dos accidentes que le quemaron la carne de uno de sus brazos y le cortaron una pierna por debajo de la rodilla.
Por encima de todo, tenía el don de una disposición alegre que le permitía mantener la cabeza en cualquier problema. Tenemos mucho que aprender de él y mucho placer en su compañía.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)