Breve tratado sobre la Virgen María

Título original:

A Short Treatise on the Virgin Mary

Contenido del libro:

Como perito del Concilio Vaticano II y, al final de su vida, posiblemente el mariólogo más importante del mundo, René Laurentin se ha ganado el privilegio de reeditar una obra de considerable valor para cualquier teólogo que aspire a la exhaustividad de la perspectiva teológica católica, histórica y sistemática. El tratamiento ortodoxo y original de Laurentin muestra su dominio de todos los textos bíblicos, patrísticos, medievales y modernos relevantes hasta las actas del Concilio Vaticano II, así como toda la gama de estudios históricos y teológicos relacionados.

Su propuesta de proseguir la especulación mariológica a lo largo de dos vías -primero, «desde arriba», siguiendo el curso del desarrollo doctrinal desde la revelación bíblica hasta la época del Concilio Vaticano II, y segundo, «desde abajo», considerando la propia vida de María (caminando sobre sus pasos, por así decirlo), desde antes de la Anunciación hasta la Parusía- proporciona una estructura clara y accesible a la obra, que produce ricos frutos teológicos y espirituales. No sólo se tratan con la mayor sensibilidad todas las grandes doctrinas marianas y su evolución, desde el nacimiento virginal hasta las promulgaciones modernas de la Inmaculada Concepción y la Asunción, sino que el enfoque de Laurentin en su segunda parte abre el camino a un tratamiento humano-psicológico de la maternidad, todavía sólidamente apoyado en la antropología cristiana tradicional. En cuanto a la condición de María como Madre de Dios, la discusión de Laurentin sobre la Theotokos muestra sus profundos compromisos ecuménicos, tanto como su atención específica al papel soteriológico de María como punto de fricción para el protestantismo.

Una de las cualidades más sorprendentes de la obra es la hábil integración de Laurentin de su evidente formación escolástica en una visión global que se siente completamente a gusto con las corrientes fenomenológicas («personalistas») y existenciales en las que también nadó inevitablemente a lo largo de su educación y ocupación académica profesional. Como resultado, la obra puede ser leída y apreciada instintivamente, por así decirlo, tanto por el ecléctico teólogo contemporáneo, influido por gente como Heidegger, et al, como por el tomista.