Boletines de la Conferencia General 1893: El mensaje del tercer ángel

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Título original:

General Conference Bulletins 1893: The Third Angel's Message

Contenido del libro:

El año 1893 fue un año importante en la historia de la América protestante y, por tanto, también para la Iglesia. El mundo había sido invitado a asistir a la "Exposición Colombina Mundial" o comúnmente conocida como la "Feria Mundial", que era un escaparate de las principales tecnologías y manufacturas del mundo. Durante los seis meses que estuvo abierta, del 1 de mayo al 30 de octubre, 27.000.000 de visitantes pagaron los 50 centavos de entrada, lo que significa que casi la mitad de la población estadounidense de la época viajó a Chicago para ver la feria. Las iglesias presbiterianas y otros grupos religiosos vieron en la Feria una oportunidad para promover los principios de su fe y, a través de peticiones firmadas por millones de personas, presionaron al Gobierno estadounidense para que cerrara la Feria los domingos. El Senado cedió y aprobó una ley que estipulaba que la asignación de fondos que el Gobierno proporcionaría a la Exposición Universal de Chicago estaría supeditada al cierre de la Feria al público los domingos. Esto constituía una violación directa de la 1ª Enmienda de la Constitución, que establecía que "el Congreso no aprobará ninguna ley relativa al establecimiento de una religión...". Las iglesias protestantes de América habían conseguido una influencia de control sobre el Gobierno de los Estados Unidos de América. Jones había representado activamente la causa de la libertad religiosa ante el Senado, en oposición directa a los presbiterianos.

Pero unos meses más tarde, durante la Conferencia General de 1893, confesó la realidad del asunto: "El gobierno de los Estados Unidos está ahora en manos de una jerarquía y ya no en manos de los representantes del pueblo. El gobierno, tal como lo establecieron nuestros antepasados, ha desaparecido, ha desaparecido irremediablemente. El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo ha desaparecido. La autoridad del gobierno del pueblo, expresada en la Constitución, y el gobierno que debe ser conducido de acuerdo con la Constitución ha desaparecido. La Constitución ha sido anulada, y ahora es ignorada... "Esa acción ha puesto el gobierno de los Estados Unidos en manos de las iglesias. Ha establecido la marca de la bestia como el Sabbath de la nación y para todo el mundo, y lo ha hecho en lugar del Sabbath del cuarto mandamiento en palabras expresas en la legislación. "¿Y qué es esto ahora en nuestra propia nación? La imagen del papado". (Capítulo 3 de este libro) Este hecho se establece en los primeros capítulos de este libro cuando Jones da cuenta de su representación ante el Senado. Estos primeros discursos pueden parecer al principio un poco áridos, y usted puede sentirse tentado a pasarlos por alto, pero le animamos a perseverar en su lectura para que pueda familiarizarse con el contexto histórico en el que se dieron estos importantes estudios.

Si era imperativo que la iglesia recibiera estos mensajes en el año 1893, ¿con cuánta más facilidad deberíamos acogerlos hoy en nuestros corazones y en nuestras vidas? Si lee las siguientes páginas con un espíritu dispuesto a aprender y un corazón dispuesto, cambiarán su vida. Nuestra experiencia hoy no es diferente a la de los Adventistas del Séptimo Día en los años cercanos a 1888. O bien le estamos dando demasiada importancia a la ley y nos estamos convirtiendo en fariseos legalistas que intentan salvarse por sus propias obras, y miramos afanosamente por encima del hombro para juzgar a nuestros semejantes, y vivimos en constante temor de la condenación de Dios o nos exaltamos como "más santos que tú"; o bien nos hemos vuelto completamente indiferentes a nuestra responsabilidad ante Dios y a sus requisitos. Jones presenta la fe y las obras como un medio sinérgico de salvación, con un equilibrio armonioso del que carecen en gran medida los ministerios de las iglesias actuales. Al tiempo que libera a los hombres de la condenación de la ley mediante el don de la justicia de Jesucristo, Jones muestra cómo, a través de ese mismo don, podemos satisfacer sus exigencias en nuestra vida práctica. EXTRAÍDO DEL PRÓLOGO.