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WESSEX 893 d.C.
Mientras la amenaza de otra invasión vikinga se cierne sobre su atribulado reino, Alfredo, rey de Wessex, revisa y refuerza sus defensas. Entre sus muchas preocupaciones está el destino de Eduardo, su mozo de cuadra, a quien cree hijo bastardo del venerado guerrero Mateo, que murió sirviendo a la causa sajona.
Si se demuestra su herencia, Eduardo no sólo será heredero de una gran fortuna, sino que, lo que es más importante, llevará sangre de guerrero en las venas, algo que los sajones necesitarán con creces. Y lo que es más preocupante, Alfredo teme que si se llega a conocer el verdadero linaje de Eduardo, habrá quien intente explotarlo o, peor aún, usarlo para usurpar el reinado de Alfredo. Se lo confía a sólo dos de sus consejeros más cercanos y éstos conspiran para enviar a Eduardo a la relativa seguridad de Wareham con el pretexto de que entrene al magnífico semental negro del gobernador Osric, un caballo que se creía casi imposible de montar.
Edward es tratado con desdén cuando llega a Wareham y considerado demasiado enclenque para ser un guerrero. Sin embargo, cuando los miembros del fyrd, apenas entrenados, se ven superados en número, aislados y enfrentados a una temible banda de guerra vikinga, es la rapidez mental y extrao.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)