Early Christian Biographies
Es muy probable que la mayoría de los lectores tengan alguna información básica sobre San Cipriano (m. 258), San Ambrosio (ca.
339-397) y San Agustín (354-430). Es probable que menos lectores estén igualmente informados sobre San Antonio (251-356), San Pablo Ermitaño (m. hacia 340), San Hilarión (hacia 291-371) y San Epifanio (438/439-496/497).
Quizá casi ningún lector conozca al santo monje Malco, presumiblemente contemporáneo de san Jerónimo (h.
342-420) e hijo de un labrador cercano a Nisbis. La mayoría de las vidas de santos aquí presentadas, aunque el volumen se titule Biografías de los primeros cristianos, pertenecen en realidad a otra categoría, la hagiografía.
El principal requisito de este género es servir a un propósito religioso: la edificación. En este sentido, la hagiografía difiere considerablemente de la biografía crítica moderna, que exige hechos y relatos históricamente verificables. Sin embargo, el relato de Malco, tal como se presenta en este volumen, es único.
San Jerónimo escribe: «Atraído por la curiosidad, me acerqué al hombre y le pregunté con vivo interés si había algo de verdad en lo que había oído. Me contó la siguiente historia» (p. 288).
Si tomamos la palabra de San Jerónimo, la Vida de Malco bien podría ser una autobiografía. En cualquier caso, muchas generaciones han llegado a considerar estos relatos como clásicos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)