Beyond Boundaries: The Intellectual Tradition of Trinidad and Tobago in the Nineteenth Century (Más allá de las fronteras: la tradición intelectual de Trinidad y Tobago en el siglo XIX)

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Título original:

Beyond Boundaries: The Intellectual Tradition of Trinidad and Tobago in the Nineteenth Century

Contenido del libro:

Cuando V. S. Naipaul recibió el Premio Nobel de Literatura en 2001, el galardón supuso la culminación de una tradición literaria de casi doscientos años. La nación insular de Trinidad y Tobago ha producido escritores y pensadores tan importantes como C. L. R. James, J. J. Thomas, Eric Williams, Oliver Cromwell Cox, Sylvester Williams, George Padmore, Earl Lovelace, Arnold Rampersad y Merle Hodge. Sin embargo, este legado literario no es bien conocido, sobre todo en lo que respecta a las obras que datan del siglo XIX.

Beyond Boundaries traza el desarrollo de la historia literaria e intelectual del país desde la Narrative of Louisa Calderon (1803) hasta Rupert Gray: A Tale of Black and White (1907), de Stephen Cobham. Selwyn R. Cudjoe examina una amplia gama de relatos escritos por y sobre los habitantes de Trinidad y Tobago, desde tratados de ciencias naturales hasta diarios y memorias, historias, relatos de esclavos, relatos de viajeros, poemas, cuentos, novelas, obras teatrales y escritos de la prensa popular. Por el camino, analiza obras tan fundamentales como Free Mulatto (1824), de Jean Baptiste Philippe, y Emmanuel Appadocca (1854), de Maxwell Philip, la primera novela indígena. Explora libros que arrojan luz sobre procesos ideológicos, como The Theory and Practice of Creole Grammar (1869) y Froudacity (1899), de J. J. Thomas. Examina cómo las nociones de salvajismo y civilización se desplegaron en los escritos de la clase dominante para obstaculizar la creciente autoconciencia de los colonizados. Y rastrea el auge del orgullo racial y los sentimientos nacionalistas entre los indo y afrotrinitarios.

Cudjoe demuestra cómo los conceptos de la Ilustración, la literatura inglesa, la filosofía africana, la teología hindú, los juegos de pasión islámicos y la cultura del carnaval contribuyeron a este conjunto de ideas para crear una literatura vibrante, que a su vez ayudó a conformar una identidad nacional.