Bastardos condescendientes: Cómo las élites traicionaron a Gran Bretaña

Opiniones de los lectores

El libro de Quentin Letts critica la hipocresía de la élite liberal británica, especialmente en el contexto del Brexit. Utiliza el humor y la sátira para criticar a políticos, celebridades e instituciones que, en su opinión, no están en contacto con la gente corriente. Aunque el libro es entretenido y perspicaz, también refleja los prejuicios de Letts y puede ser polarizante, provocando reacciones encontradas entre los lectores.

El libro está bien escrito, es ameno y, a menudo, desternillante. Letts hace gala de un agudo ingenio y ofrece críticas perspicaces de diversas figuras públicas e instituciones, lo que lo convierte en una lectura que invita a la reflexión a quienes se interesan por la política y la actualidad. Para muchos, sirve para abrir los ojos sobre la desconexión entre las élites y la población en general.

Muchos lectores consideran que el enfoque de Letts es excesivamente duro y está lleno de ataques ad hominem, lo que resta credibilidad a sus argumentos. La narración puede parecer desorganizada, y sus prejuicios pueden alienar a quienes tienen opiniones políticas diferentes. Los críticos también mencionan una falta de perspectiva equilibrada y sugieren que Letts se complace en agravios personales en lugar de ofrecer críticas de fondo.

(basado en 190 opiniones de lectores)

Título original:

Patronising Bastards: How the Elites Betrayed Britain

Contenido del libro:

Del autor del bestseller del Sunday Times 50 personas que arruinaron Gran Bretaña, Quentin Letts, nos llega su nuevo libro que levanta ampollas sobre cómo se llena las botas la élite antiliberal de Gran Bretaña.

'HILARÍSIMO' Daily Mail

Con sus despiadados desmontajes, Bastardos condescendientes de Quentin Letts hará que la élite de izquierdas corra despavorida' The Sun.

Desde que María Antonieta dijo 'Que coman pastel', los campesinos no se habían rebelado tanto. Las élites del capitalismo occidental están perplejas: Brexit, Trump, y quizás más erupciones por venir. Pero sus gobernantes fueron tan buenos con ellos que Hillary Clinton llamó a los ingratos "una cesta de deplorables", Bob Geldof les hizo una señal con una V, Tony Blair pensó que los votantes eran demasiado tontos para entender la cuestión. Los jueces con pelucas miraban por debajo de sus legalistas narices a una población creciente y pueblerina.

Estas personas que saben más, estos snooterati con sus maneras falsamente liberales, son los "bastardos condescendientes". Su caída se debe en gran parte a su propia culpa: sus excesos sibaritas, su obsesión por lo políticamente correcto, la violación prolongada de la razón y el rito. Encontrará estos espectáculos autoindulgentes no sólo en la política y las viejas instituciones enclaustradas, sino también en la alta costura, el fútbol, entre los amantes de la comida limpia y en los Baftas y los Oscar, donde los famosos contratan a relaciones públicas para masajear reputaciones y engañar, distorsionar, tergiversar.

El columnista político y autor de bestsellers Quentin Letts identifica a estos cretinos condescendientes y sus redes, sus métodos y su dudosa moral. Letts los asa como cordero. Es baaaahd. Es jugoso.

Richard Branson, Emma Thompson, Shami Chakrabarti, Jean-Claude Juncker y cualquier jefe de camareros que te llame "jovencito": esto es para ti.