Basiliscos y Beowulf: Monstruos en el mundo anglosajón

Opiniones de los lectores

El libro «Basiliscos y Beowulf», de Tim Flight, ofrece un análisis académico en profundidad de los monstruos relevantes de la primera época anglosajona, centrándose especialmente en el texto de Beowulf y en las percepciones culturales del peligro en las tierras salvajes y en el mar. Combina una rigurosa erudición con un atractivo estilo de redacción.

Bien documentado y erudito, estilo de redacción interesante y atractivo, accesible a los lectores, centrado en las creencias y la literatura anglosajonas, incluye un análisis eficaz de los monstruos, especialmente del lobo.

El estilo académico de análisis literario puede no gustar a todos los lectores.

(basado en 4 opiniones de lectores)

Título original:

Basilisks and Beowulf: Monsters in the Anglo-Saxon World

Contenido del libro:

Una mirada reveladora y absorbente al papel central de los monstruos en la cosmovisión anglosajona, ahora en rústica. Este libro aborda una pregunta sencilla: ¿por qué los anglosajones estaban obsesionados con los monstruos, muchos de los cuales no existían? Basándose en la literatura y el arte, la teología y una gran cantidad de pruebas de primera mano, Basiliscos y Beowulf revela un pueblo acurrucado en el borde del mapa conocido, utilizando lo fantástico y lo grotesco como una forma de entender el mundo que les rodea y su lugar en él.

Para los anglosajones, los monstruos ayudaban a distinguir lo sagrado de lo profano; eran portadores del mensaje de Dios a la humanidad, exponiendo su mano divina en la propia creación. Al mismo tiempo, los monstruos eran agentes del desorden, que buscaban matar a la gente, conquistar sus tierras e incluso desafiar lo que significaba ser humano. Aprender dónde vivían los monstruos y cómo se comportaban permitió a los anglosajones situarse en el mundo, así como aprehender algo del plan divino.

Por estas razones, los monstruos ocupaban un lugar central en su visión del mundo. Desde los monstruos de los mapas a los demonios, pasando por los dragones y el Leviatán, descuidamos a estas bestias por nuestra cuenta y riesgo.