Azucarera

Título original:

Sugar Factory

Contenido del libro:

Sugar Factory brilla con un glorioso embrujo, que habita en lo más profundo del lenguaje de la escucha y la atención. Ancestros, predecesores y texturas materiales transmiten en abundancia exclamativa la ansiedad del tiempo que pasa. Líneas como «tu verde permanece verde» y «¿cómo estoy? / para terminar este poema» captan bellamente un intento de aferrarse a la fugaz impermanencia. El libro se deleita en la expectación mientras fluye sin esfuerzo de generación en generación, a través de los continentes, y hace un regalo de encarnación a cada uno de sus variados hablantes permitiendo la posibilidad extática de «dejar el propio cuerpo y volver». «Al leer Sugar Factory, uno se sorprende al mismo tiempo por la resistencia y el deslizamiento de la memoria, que entra y sale de la narración fragmentada, al tiempo que se pregunta qué es lo que se cuenta, con qué restos de la memoria hay que enfrentarse y qué significa hablar a alguien que ya no está vivo. A medida que «Este yo» sigue cambiando y redefiniéndose, el lector se empapa del placer de ser un receptor preparado que se mueve tanto hacia pasados familiares concretos como hacia una irrealidad onírica, ya que cada entorno evocado deja un rastro de intimidad meditativa.

Anna Gurton-Wachter

Como la «Canción de mí mismo» de Whitman, Sugar Factory de Hughes es un elogio de la tierra, un profundo canto de alabanza al éxtasis de lo ordinario. Viajar en tren, pelar fruta, contemplar vetas de color: aquí encontramos encuentros cotidianos que abren puertas a la memoria, tanto íntima como ancestral. El resultado es una colección de poemas silenciosamente feroz que atraviesa costas y continentes mientras «lleva con audacia las voces de los vivos/y de los muertos». »

Patricia Killelea

Estos poemas me alegran mucho. Creo que nunca he visto un uso tan encantador del signo de exclamación. Y hay tal inmensidad en estos pequeños poemas -del modo en que Joanne Kyger o Larry Eigner eran capaces de escribir como pinceladas- que Emily Wallis Hughes vive plena y sensualmente en el mundo natural, en la ciudad y en el pasado de una familia. Te sentirás como en casa en estos poemas; son un tónico.

Matthew Rohrer

Leer los poemas de Emily Wallis Hughes es un auténtico placer. Como poeta y californiana que soy, admiro enormemente su aguda capacidad para evocar la sensación de lugar. Tiene el don esencial de hacer que uno se sienta totalmente inmerso en el mundo de sus poemas y de evocar en el lector una deliciosa y dolorosa nostalgia por cosas que no ha vivido. Con su toque ligero y su excepcional gama de técnicas, voces y registros, Sugar Factory es un tesoro.

Geoffrey Nutter