Atmósferas de Manhattan: Arquitectura, ambiente interior y crisis urbana

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Título original:

Manhattan Atmospheres: Architecture, the Interior Environment, and Urban Crisis

Contenido del libro:

Durante los años de crisis de Manhattan, entre la década de 1960 y principios de la de 1980, las grandes redes de parques de la ciudad, los proyectos sanitarios de luz, aire y agua y sus monumentales obras públicas se desmoronaban. Las imágenes de calles inundadas, aire ennegrecido, autopistas colapsadas y edificios en llamas caracterizan nuestra comprensión del paisaje de la ciudad a lo largo de este periodo. Al mismo tiempo, los arquitectos reimaginaron los espacios interiores como respuesta a estos desastres urbanos. David Gissen revela que un nuevo capítulo de la historia medioambiental de Nueva York se estaba desarrollando dentro de la reluciente arquitectura tardomoderna de la ciudad.

En Manhattan Atmospheres, Gissen descubre una historia medioambiental alternativa examinando los megapisos, los verdes atrios corporativos, las enormes salas comerciales y las gigantescas galerías de museos que se construyeron en esta época. Estos entornos fueron parte integral de la reestructuración de Nueva York y también algunas de las fabricaciones más politizadas de la naturaleza que se encuentran en la ciudad. Tras los cristales tintados y espejados, las atmósferas vaporosas enfriadas y calentadas ofrecían protección contra la contaminación, protegían el verdor urbano y ayudaban a preservar valiosos artefactos culturales. Pero, enredados con los esfuerzos por aburguesar los barrios, los nuevos entornos sirvieron de escenario para transformaciones demográficas y cambios en la concentración cultural y enriquecieron la corporativización general de la ciudad.

Atrapados en debates politizados, estos espacios distaban mucho de ser simples soluciones a los dilemas de la ciudad. Gissen hace una importante contribución a la historia de la arquitectura de posguerra, la geografía crítica y los estudios urbanos, y demuestra hábilmente cómo estos entornos sellados no estaban conceptualmente aislados de la ciudad circundante, sino que eran lugares clave de producción medioambiental y, a su vez, un nuevo tipo de forma socionatural.